“Todos dicen que este club está muerto. Yo digo que está dormido y nosotros lo sacaremos adelante”
En una muestra total de personalidad, Carlos Bueno declaraba sus primeras palabras como jugador de San Lorenzo. Casi como una premisa de lo que después demostraría en la cancha.
Es que el delantero uruguayo, de retorno en el fútbol argentino después de su fugaz paso por Boca, fue el jugador más destacado de los que mostró Madelón en el torneo de verano.
Con 3 goles en misma cantidad de partidos y una asistencia, el oriundo de Artigas sabe que ha llegado a un club que vive una situación complicada y que deberá ser él uno de los encargados de llevar al ‘Ciclón’ adelante.
La eficacia de Bueno es una de las únicas cosas (sino la única) que puede rescatar San Lorenzo de sus partidos de pretemporada. Ya que de sus dos participaciones en triangulares no pudo conseguir un solo triunfo, rescatando dos empates y dos derrotas, una ante un rival directo en la zona baja como San Martín de San Juan.
Pero que San Lorenzo haya incorporado a un delantero no es una cuestión anormal. Desde hace rato que los de Boedo vienen pecando en la ofensiva y no consiguen a un hombre de confianza para calzarse la número ’9′.
Emanuel Gigliotti, Bernardo Romeo, Juan Salgueiro, Sebastián Balsas, Emiliano Alfaro, lucieron la camiseta azulgrana en las últimas temporadas pero sin mucha suerte.
El caso de Alfaro, que llegó del Liverpool como máximo artillero del certamen uruguayo, con 15 goles en 20 partidos, no pudo reproducir su eficacia en Argentina y dejó Boedo con 2 en 15 presentaciones.
Mismo caso fue el de su compatriota Sebastián Balsas. El lungo, que se había destacado en Nacional, disputó 16 partidos y sólo marcó en 4 ocasiones en el Apertura de 2010.
Salgueiro llegó proveniente de la LDU de Quito para el Clausura de 2011, fue titular en todos los encuentros y convirtió en 5 de ellos. Una marca baja si contamos que, en ese torneo, San Lorenzo finalizó en la 14ava posición.
El caso de Romeo se debió más a un precepto histórico que otra cosa. El delantero, de ya 34 años, y emblema del club, volvió al Ciclón para el último Apertura pero su físico le impidió jugar con regularidad. Sólo comenzó como titular en 3 partidos, convirtiendo 1 gol.
Pero sin dudas, el caso más paradigmático es el de Gigliotti. Por temple y actitud, Asad creyó en él para ser el punta en el Apertura. La dirigencia desembolzó 200 mil dólares por el préstamo del jugador, que comenzó el torneo con las mejores expectativas: 3 goles en 6 fechas (uno en la victoria ante Estudiantes en La Plata y otro en el 3 a 1 contra Argentinos) y hasta una convocatoria a la Selección Local.
Sin embargo, a la vuelta del encuentro internacional, todo sería distinto. La mala racha se extendió hasta el fin de la competición, redondeando un semestre olvidable tanto para él, como para su equipo, que terminó decimoséptimo y en promoción.
En este desierto de goles, Bueno parece ser el oasis que tanto se buscaba. Se lo nota mucho más maduro que en su paso anterior.
Estoy hablando con los pibes, esto es en serio. Hay que comprometerse todos con la causa. Acá no hay margen de nada. Acá si hay que cortar a un pibe se corta y si es un grande, se corta también”
Con actitudes como estas, y respondiendo adentro de la cancha, el punta de 31 años será sin dudas una buena alternativa para el Clausura. Tendrá que pelear contra un viejo karma estival: dejar de ser ‘un amor de verano’ y convertirse en una realidad.