El fútbol, entre los deportes de alto rendimiento, debe ser en el que hay más lugares comunes. Uno de ellos reza que los planteles conflictivos, poco unidos y de mala relación con su entrenador no llegan a buen puerto. Esta tarde en Córdoba el propio fútbol le dio otra cachetada a las ‘frases hechas’. ¿Por qué? Porque San Lorenzo derrotó a Instituto por 2 a 0 con dos goles del uruguayo Carlos Bueno, quien no tiene una buena convivencia con Ricardo Caruso Lombardi pero que anotó cuatro goles en los últimos dos partidos del Ciclón.
Se jugaba mucho más que la primera final de las dos para certificar su permanencia en Primera. Había llegado a Alta Córdoba con el ánimo por las nubes tras estar casi condenado a la B Nacional en la última fecha y enfrentaba a un Instituto que era su contracara tras perder de manera increíble el ascenso a la máxima categoría del fútbol argentino. Por eso no extrañó el comienzo del encuentro: con el Ciclón dominando y siendo más peligroso que los cordobeses.
Pero los minutos pasaron y el desarrollo se fue emparejando gracias a la buena circulación de la Gloria. Sin embargo, el cero no se movía del marcador gracias a la falta de puntería de ambos o a la buena actuación de los arqueros. Terminó el primer tiempo y el negocio para la visita era redondo, controlaba al local y se llevaba el empate que había ido a buscar a Córdoba.
Pero apareció el olfato del uruguayo y la historia dio un vuelco definitivo. El primero tras resolver el rebote que Chiarini había dado a un remate suyo. Y el segundo en una muestra de su enorme poderío aéreo, con un gran anticipo en un tiro de esquina…
Las declaraciones de Bueno después de su enorme actuación
La historia culminó 2-0 y sólo un milagro le sacará a San Lorenzo su lugar en Primera. Todo eso gracias a Carlos Bueno, el uruguayo que no tiene relación con su entrenador , pero que habla en la cancha y con goles. Que en definitiva es lo que le importa al hincha cuervo…