CineMAD…por César del Campo de Acuña.
Dirección: Martin Scorsese.
País: Estados Unidos.
Año: 1990.
Duración: 146 minutos.
Género: Biográfico. Crimen. Drama.
Reparto principal: Robert De Niro, Ray Liotta, Joe Pesci, Lorraine Bracco y Paul Sorvino.
Guión: Nicholas Pileggi y Martin Scorsese. Basado en la novela Wiseguys de Nicholas Pileggi.
Música: Varios.
Fotografía: Michael Ballhaus.
Montaje: James Kwei y Thelma Schoonmaker.
Diseño de producción: Kristi Zea.
Dirección artística: Maher Ahmad.
Vestuario: Richard Bruno.
Estreno en Estados Unidos: 19 de septiembre de 1990.
Estreno en España: 19 de octubre de 1990.
Buenos compadres – Uno de los nuestros
Personalmente encuentro apasionantes esos sanos debates entre cinéfilos en los que sin demasiada pedantería se discute abiertamente y en tono amistoso cual es la mejor película de este o aquel director. Lo gracioso es que, como todas las buenas conversaciones, los argumentos esgrimidos suelen desembocar en otros interesantes coloquios que llevan a los tertulianos a poner en tela de juicio que film de género es el mejor en su correspondiente categoría. Si, por ejemplo, el sujeto de nuestra conversación fuera Martin Scorsese muchos podrían decir que su mejor obra la encontramos en Taxi Driver (1976) mientras que otros asegurarían que Toro Salvaje (1980) es el mejor exponente de su cine, aunque lo que es seguro es que pocos o muy pocos afirmarían que su trabajo en La invención de Hugo (2011) es la cinta definitoria del cineasta neoyorquino. Cuando el turno de palabra llegara hasta mí, en esa hipotética charla, afirmaría sin titubear que Uno de los nuestros es la mejor película de Martin Scorsese y además remataría mi aseveración manifestando que el film de 1990 es la más sobresaliente cinta sobre la mafia jamás realizada.
Automáticamente todos los participes en el coloquio, con las manos en la cabeza, saltarían a mi yugular exclamando que como puedo decir tal cosa existiendo El padrino (Francis Ford Coppola – 1972). Rebatiría que su argumento es francamente válido pero personalmente encuentro que el clásico de Coppola, aunque cerca, no es una obra netamente sobre la mafia dado a la presentación que el director y Mario Puzo hicieron de la misma. Uno de los nuestros, sin embargo, nos muestra la crudeza, la amoralidad, la forma de vida y el día a día del músculo que sostenía, y sostiene, a la clase alta criminal que pudimos conocer en la cinta de 1972. Scorsese, gracias a la novela basada en hechos reales de Nicholas Pileggi, desgrana con descaro, ritmo y sin demasiados ataques de autor, un submundo que conoce bien ya que a fin de cuentas el realizador, de origen italiano, se crió en un barrio en el que solo bastaba asomarse por la ventana para poder ver a aquellos “chicos listos” en su salsa. Cadillacs, despampanantes mujeres, trajes a medida, anillos de brillantes en el meñique e interminables jornadas laborales eran el pan nuestro de cada día para aquellos que vivían aquella adictiva forma de vida y en la que jóvenes impresionables como Scorsese y Henry Hill (ex mafioso en el que esta basado el libro Wise Guys y la película que hoy nos ocupa) encontraron una inspiración.
Digamos que el director neoyorquino quiso contar su historia por medio de sus películas mientras que Hill eligió el camino de experimentar ser uno de ellos, el camino de “ser alguien en un barrio lleno de don nadies”. El segundo, Hill, pronto se dio cuenta de que aquella vida solo le llevaría a dos sitios: la cárcel o el depósito, ya que a fin de cuentas en ese mundo “los asesinos llegan con una sonrisa, llegan como amigos” y una vez se entrego al FBI para convertirse en testigo protegido vio que se quedaba sin liquidez por lo que decidió contactar con diferentes editoriales para contar su historia, la historia autentica de un soldado raso de la mafia. Y es precisamente esa historia la que llamo la atención de Pileggi en primer lugar y de Scorsese en segundo. La posibilidad de contar la vida del escalafón más bajo dentro de las organizaciones criminales era demasiado seductora como para dejarla pasar y tras rodar La ultima tentación de cristo (1988) adaptar la novela Wise Guys se convirtió en el nuevo proyecto del cineasta.
Cuando comenzó a perfilar el reparto, Scorsese canto bingo al dar con un grupo de actores que combinaban carreras largas y contrastadas (De Niro), jóvenes deseosos de sumar (Liotta y Bracco) y secundarios de lujo (Pesci y Sorvino). Según las propia palabras del director: “el casting se desarrollo de una forma muy espontánea, casi como en un encuentro entre viejos amigos, algo muy en consonancia con el espíritu de la película”. Otro de los elementos que dieron estabilidad a la cinta junto a la dirección y al elenco interpretativo fue el dispendio económico que se realizo a la hora de recrear los exteriores y las diferentes épocas/etapas por las que los personajes y película pasan. Un total de 25 millones de dólares fueron invertidos para poder filmar íntegramente las escenas exteriores en la ciudad de Nueva York y Nueva Jersey lo que otorgo legitimidad a la producción. El rodaje de la historia de Hill en las dos ciudades llamo tanto la intención que era normal ver por los alrededores de la zona en la que se grababa a mafiosos auténticos que conocieron en la vida real a las personas en las que se basan los personajes de la película. Samuel L.Jackson incluso afirmo que tratar con personas que conocieron al verdadero Stacks Edwards le ayudó a desarrollar el personaje otorgándole una perspectiva de quien fue en realidad.
La película es presentada como un violento y detallado descenso a los infiernos en los que hay un punto de inflexión evidente en la trama que, como todo evento traumático, suele venir acompañado de sangre y dolor. Scorsese afirmó: “no pretendía idealizar la violencia, solo retratarla como es. En la película es fría, insensible, atroz. Casi accidental. Si muestras toda esa crudeza te expones a que te acusen de violento o degenerado, pero si no lo haces, no estas contando la verdad”. Esa verdad le costo algunos tijeretazos por parte de la censura y el abandono masivo de publico en los screen test pero una vez la película llego al gran publico se convirtió en un éxito inmediato a pesar de su crudeza. Hoy en día, más de 20 años después de ser estrenada, Uno de los nuestros no ha perdido un ápice de su vigencia y esta no es otorgada por los nueve asesinatos que aparecen a lo largo del metraje sino por un discurso narrativo sin precedentes en la filmografía de su director, una construcción de personajes fantástica en base de retazos (al menos en los secundarios), una sensacional banda sonora capaz de acentuar escena por escena la acción en las mismas y una obsesión por el detalle que aunque no alcance a las facetas interpretativas en algunos momentos envuelve a la cinta en un aura incorruptible.
Con anterioridad mencionaba que Scorsese no sufre demasiados “ataques de autor” a lo largo del film. Con esto me refiero a que el director pone por encima a la historia que al arte. Sorprendentemente algunos de los pocos momentos en los que el realizador da rienda suelta a su visión esta juegan a favor de la escena otorgándole gran personalidad. El uso de elementos considerados obsoletos por parte de la crítica especializada como puede ser la voz en off dotan a la producción de una significativa distinción y el anteriormente mencionado peso interpretativo que la banda sonora gana en cada escena ayudan a crear un producto único y diferente a ritmo de un montaje endiablado y a todas luces brillante. La estructurada y edificante experiencia que cualquier cinéfilo o espectador puede sentir a la hora de abordar Uno de los nuestros se debe a una singularidad encubierta y bien conducida por parte de un cineasta al que la academia negó el pan y la sal por hacer de lo cotidiano algo sublime.
Volviendo a la hipotética conversación con la que, con mayor o peor fortuna, comenzaba este artículo yo mismo podría decir que Taxi Driver es la película más compleja a nivel narrativo de Scorsese mientras que Toro Salvaje es la mejor muestra del genio del cineasta neoyorquino pero Uno de los nuestros es su film más equilibrado al establecer una excelente balance entre poderosas e inolvidables interpretaciones, ritmo cinematográfico de notable factura, recreación realista y distintivas particularidades que la convierten en una obra capaz de superar al producto y definir un genero en si mismo. Por todo esto, soy uno de los pocos que afirma que esta fantástica cinta estrenada en 1990 es hoy por hoy la mejor película de mafiosos jamás filmada y una de las más distintivas y determinantes dentro de la carrera de Martin Scorsese como director. Uno de los nuestros es tan particular que a diferencia de lo que pasa con otras películas de gangsters su planteamiento solo pudo ser recreado/imitado por el padre de la criatura en Casino (1995) aunque sin llegar a superar al film que narra la vida de Henry Hill.
Uno de los nuestros no perdura gracias a la nostalgia, lo hace gracias a una innegable calidad raras veces vista, capaz de atrapar al espectador a los pocos segundos mientras desmonta el mito de la honorabilidad que supuestamente rodeaba a estos peculiares hombres de negocios. La frescura del planteamiento, unido a la minuciosa meticulosidad de la que hace gala convierte a este film en algo capaz de escapar de las garras del tiempo y de la década que la vio nacer mientras que aporta un punto de vista tan real como distintivo de algo que gracias al cine creíamos conocer. El decimosegundo largometraje de Martin Scorsese se ha convertido por derecho propio en uno de los hitos de la filmografía del cineasta y en una película tan definitoria que nadie salvo el mismo es capaz de intentar emularla. Sencillamente inolvidable.
Curiosidades:
- A lo largo de la película, en su versión original, se dice la palabra joder y derivados 296 veces. Más de la mitad de los improperios son declamados por Tommy (Joe Pesci)
- La famosa secuencia que sigue a Henry (Ray Liotta) y Karen (Lorraine Bracco) por las entrañas del legendario Copacabana dura 2 minutos y 56 segundos exactamente. Se rodó utilizando una Steadicam en tan solo 7 tomas.
- La actriz encargada de dar vida a la madre de Tommy (Joe Pesci) es Catherine Scorsese, madre de Martin Scorsese. Esta secundaria de autentico lujo apareció con anterioridad en ¿Quién llama a mi puerta? (1967) Malas Calles (1973) y El Rey de la Comedia (1982) todas dirigidas por su hijo.
- El padre del director también aparece en Uno de los nuestros interpretando a Vinnie, el gangster que cocina con demasiadas cebollas en la celda que comparte con Henry (Ray Liotta) Paulie (Paul Sorvino) y Johnny Dio (Frank Pellegrino). Como su mujer, Catherine, Charles Scorsese ya había actuado con anterioridad en films dirigidos por su hijo como Toro Salvaje (1980), Jo, ¡qué noche! (1985) y El color del dinero (1986).
- La famosa escena de “eres un tipo gracioso” esta basada en una historia real vivida por Joe Pesci. Siendo aun muy joven, el actor trabajo en un restaurante y allí le dijo a un gangster que era muy gracioso y este se enfado muchísimo. Scorsese decidió incluir la escena en el metraje y permitió a Liotta y Pesci improvisar la escena. El director no le contó al resto de actores que aparecen en pantalla que pasaría en la toma para así poder capturar sus reacciones genuinas de sorpresa.
- De acuerdo con el Henry Hill real, cuya vida sirve de inspiración al libro y a la película, la interpretación de Pesci de Tommy DeSimone (Tommy DeVito en la cinta) es entre un 90% y un 99& exacta. La unica diferencia entre lo que vemos en pantalla con DeSimone es que este ultimo era un hombre grande y corpulento.
- La bofetada que Paulie (Paul Sorvino) le da a Henry (Ray Liotta) en el jardín de su casa una vez este ultimo ha salido de la cárcel fue improvisada, de ahí la reacción de Liotta.
- Frank Vincent (Billy Batts) en un principio quiso el papel de Paulie pero Scorsese le convenció para que diera vida a Batts. Según Vincent a pesar de haber trabajado en más de 80 películas (en su mayoría como secundario) el trabajo por el que es más recordado es por su participación en Uno de los nuestros.
- En un principio el papel del gangster Jimmy Conway fue ofrecido a Al Pacino pero este lo rechazo debido a que no quería quedar encasillado. Irónicamente Pacino acabo interpretando al mafioso Big Boy Caprice en la película de Warren Beaty, Dick Tracy (1990). El actor ha comentado en más de una ocasión que lamenta aquella decisión.
- Aunque Scorsese y Pileggi trabajaron muchísimo en el guión buena parte de los diálogos fueron improvisados por los actores. Esta, cuando menos, peculiar forma de trabajar fue incitada por el propio Scorsese.
Premios:
- 1991 – 63. ª Edición de los Premios de la Academia: Un Premio Oscar de la Academia al Mejor Actor de Reparto (Joe Pesci). Nominada a Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actriz de Reparto, Mejor Guión Adaptado y Mejor Montaje.
- 1991 – 48. ª Edición los Globos de Oro: Cinco nominaciones a Mejor Película – Drama, Mejor Director, Mejor Actor de Reparto, Mejor Actriz de Reparto y Mejor Guión.
- 1991 – Premios BAFTA: Cinco Galardones a Mejor Película, Mejor Director, Mejor Guión Adaptado, Mejor Montaje y Mejor Diseño de Vestuario. Nominada a Mejor Actor y Mejor Fotografía.
- 1991 – 47. ª Edición del Festival de Venecia: Premiada con el León de Plata a la Mejor Dirección.
- 1991 – 16. ª Edición de los Premios César de la Academia Francesa: Nominada a la Mejor Película Extranjera.
- 1991 – Premios David di Donatello: Nominada a la Mejor Película Extranjera y al Mejor Actor Extranjero.