No juzgar
Juzgar es evaluar constantemente las cosas para clasificarlas como correctas o incorrectas, buenas o malas. Cuando estamos constantemente evaluando, clasificando, rotulando y analizando, creamos mucha turbulencia en nuestro diálogo interno. Esa turbulencia frena la energía que fluye entre nosotros y el campo de la potencialidad pura.
En otras palabras hacemos más dificil que la Divinidad penetre en nosotros. Literalmente, comprimimos el espacio entre un pensamiento y otro. Ese espacio es el VACIO que abre las puertas a la Divinidad. Ese estado de VACIO, el espacio silencioso entre los pensamientos, es la quietud interior que nos conecta con el poder verdadero. Y cuando comprimimos el espacio, reducimos nuestra conexión con el campo de la potencialidad pura y la creatividad infinita.
En Un curso de milagros hay una oración que dice: "Hoy no juzgaré nada de lo que suceda". El hábito de no juzgar crea silencio en la mente. Por tanto, es buena idea comenzar el día con esa afirmación. Y durante todo el día, recordémosla cada vez que nos sorprendamos juzgando. Si caes levántate y sigue.