Hemos estrenado año hace muy poco y con él también el primer Reto "Alfabeto Dulce" que en este primer mes de 2018 llega muy aromático, con un aroma que a mi particularmente me encanta. Uno de los ingredientes del reto de este mes para mi es imprescindible en mi día a día. Sin él no podría arrancar cada mañana...
Este mes nuestras compañeras Leire del blog "La hondonada de los dulces" e Isabel del blog "Gotas de Azúcar y Vainilla" tenían que elegir ingredientes con las letras "Y" y "C" respectivamente. Finalmente la decisión que han tomado me ha parecido muy acertada, ya que los ingredientes elegidos casan a la perfección para la preparación de multitud de postres: yogur y café.
El yogur, es un ingrediente muy versátil y cuya utilización se presta a la confección de infinidad de postres aunque también pueda ser empleado para preparar platos principales, salsas, aperitivos, además de platos dulces. Además puede tomarse solo o acompañado de frutas, miel, cereales, mermeladas o frutos secos.
Es es un alimento rico en proteínas, vitaminas y minerales, con múltiples beneficios, tales como mejorar la digestión, regular la flora intestinal, evitar la diarrea, prevenir el colesterol, ayudar a prevenir el cáncer, atenuar algunas alergias y aportar a nuestro cuerpo el calcio que éste necesita, entre otros. Asimismo, está recomendado en personas que realizan dietas de adelgazamiento para combatir el sobrepeso.
Se cree que fue descubierto por los búlgaros por casualidad. Mientras transportaban la leche en sacos de piel de cabra, ésta con el calor y las bacterias se fermentó y convirtió la lactosa en ácido láctico y así surgió el yogur.
Para que os deis cuenta de lo completo que es este alimento, 100 gr. de yogur aportan:
- 180 mg. de calcio.
- 240 mg. de potasio.
- 17 mg. de magnesio.
- Vitamina A y vitaminas del grupo B.
- Potasio, zinc y yodo, entre otros.
Y con respecto al café, a mi me gusta tanto que seguro no voy a ser objetiva. El café aumenta los niveles de energía y la memoria y mejora nuestro ánimo, además de ser una bebida "socializadora". Pero como todo en esta vida, hay que tomarlo con moderación porque en exceso puede provocar síntomas de ansiedad y nerviosismo. La cafeina acelera nuestra actividad cerebral y nos mantiene alertas. Yo creo que casi todos empezamos a tomar café con los primeros exámenes ¿verdad?
Tiene efectos beneficiosos en nuestra salud: previene la diabetes tipo 2, reduce el riesgo de padecer cáncer y enfermedades de hígado, previene el Párkinson, el deterioro de la visión, es bueno para el corazón, previene el cáncer de próstata y de endometrio, es bueno para las arterias y una gran fuente de antioxidantes.
Hay infinidad de maneras de tomarlo, aunque lo más habitual es tomarlo solo (negro) o con leche con o sin azúcar, frío o caliente, pero también se le puede añadir, leche condensada, nata, crema de leche, helado, chocolate, especias o diferentes licores. Esta última opción permite preparar combinados de café como el café brulé (café solo con brandy quemado con piel de limón), el café caribeño (café solo con ron y azúcar moreno y vainilla), el carajillo (café solo con cualquier licor de alta graduación), el trifásico (café solo, Baileys, leche condensada), entre otros.
Al igual que el yogur es un ingrediente muy versátil y se puede utilizar tanto en la preparación de platos salados (infusionado en aceite o caldo de carne) como en postres tales como helados, sorbetes, cremas, buttercreams, bizcochos, almíbares, coberturas, etc.
Después de mucho pensar he decidido preparar un bundt cake con un potente sabor a café que además he bañado con una cobertura de chocolate y café, combinación que por otro lado me encanta, ya que el café potencia más si cabe el sabor del chocolate negro y aportar gran jugosidad a la miga del bizcocho.
BUNDT CAKE DE CAFÉ Y YOGUR GRIEGO
INGREDIENTES
Para el bizcocho
- 300 gr. de harina
- ½ cucharadita de levadura
- ½ cucharadita de bicarbonato
- ½ cucharadita de sal
- 4 huevos tamaño L
- 300 gr. De azúcar moreno
- 215 gr. de mantequilla pomada
- 240 gr. de yogur griego sin azúcar
- 4 cucharaditas de café expresso instantáneo (disuelto en una cucharada de agua hirviendo)
Para la ganache de capuccino
- 100 ml. de nata líquida para montar 35% M.G.
- 100 gr. de chocolate negro para postres VALOR
- 2 cucharaditas de café expresso instantáneo
ELABORACIÓN
Precalentamos el horno a 180° C.
Engrasamos un molde de bundt con mantequilla derretida. Reservamos.
Tamizamos la harina junto con la levadura, el bicarbonato y la sal. Reservamos.
En el vaso de la batidora de pie ponemos la mantequilla a temperatura ambiente con el azúcar moreno y batimos hasta que la mezcla sea esponjosa.
Añadimos los huevos de uno en uno sin dejar de batir esperando a que se integren antes de añadir el siguiente.
Agregamos el yogur griego y el café expresso disuelto y batimos hasta que todos los ingredientes estén perfectamente combinados.
Incorporamos poco a poco la harina y mezclamos bien con ayuda de una espátula.
Vertemos la mezcla en el molde y golpeamos este contra la mesa (ponemos un paño debajo para no dañarla) para quitar todas las posibles burbujas y ayudar a que se distribuya bien la masa por todo el molde.
Horneamos 50 minutos o hasta que insertando un palito en el centro, éste salga limpio.
Dejamos enfriar 10 minutos sin desmoldar y luego pasamos el bizcocho a una rejilla y dejamos que se enfríe por completo.
Preparamos la salsa de capuccino, para ello ponemos la nata en un cazo y la calentamos hasta que hierva. Añadimos las dos cucharaditas de café expresso y el chocolate en trozos y revolvemos con una espátula hasta que se disuelva por completo.
Salseamos con la ganache en el momento de servir el bizcocho.
El sabor como os decía es riquísimo, os va a encantar, claro, si es que os gusta el café tanto como a mi. Pero sino también se me ocurre que una opción estupenda es sustituir el café expresso, que es un café fuerte con un intenso sabor, por uno un poco más suave o añadir 40 gramos de cacao en polvo sin azúcar y así conseguir un bizcocho chocolateado con un ligero sabor a café.
El azúcar moreno le aporta esa característica humedad que hace de este bizcocho un bocado nada pesado que puede servirse tanto en el desayuno como en la merienda. Os recomiendo tomarlo con un gran vaso de leche fría, para apreciar bien su sabor.
Lo dicho, si sois adictos al café, este es vuestro bizcocho. Incluso delicioso sin ganache para mojarlo en vuestra bebida preferida en el desayuno. Se basta y se sobra por si mismo. No quiero ser pesada, pero yo no dejaría de prepararlo este fin de semana y el lunes me contáis qué os ha parecido.