Aunque también existían otro tipo de peregrinos durante la Edad Media: aquellos que hacían el camino obligados por una promesa realizada durante un momento de peligro; por una orden de la Iglesia o los que hacían la ruta jacobea pagados para suplicar por el alma de un difunto.Viajeros ávidos por conocer pueblos, ciudades, monumentos, historia, tradiciones y leyendas.La peregrinación fue un fenómeno social durante la Edad Media muy difícil de controlar. Se crearon tres rutas cristianas: los Santos Lugares, Roma y Santiago de Compostela. ¿Sabías que a los peregrinos que elegían Jerusalén se les llamaba palmeros; a los que iban hacia Roma, romeros y a los que optaban por Santiago de Compostela, peregrinos?Durante la Edad Media, realizar el Camino de Santiago suponía todo un reto para la vida del propio peregrino. Los caminos estaban llenos de ladrones esperando a sus víctimas. Eran tantos los peligros que en el siglo XII surgió el Códice Calixtino, legislación civil donde se establecían los derechos y deberes de los que participaban en la ruta jacobea.Así que los peregrinos se vieron protegidos durante mucho tiempo. Pero… ¿eran todos ellos personas que deseaban una verdadera experiencia cristiana? Recordemos que durante la Edad Media la mayoría de la población pasó mucha hambre y fue devastada por la epidemia de la peste. Era muy posible que, entre los cristianos, siempre hubiera personas que buscaban otros lugares para vivir mientras les daban alimento, cobijo y cura de una forma desinteresada…Tal fue el incremento del número de peregrinos que se quiso conceder una identidad a esta figura. Lo más apropiado fue dotarles de una vestimenta que debían llevar todos aquellos que emprendieran el Camino de Santiago: bastón, zurrón, capa, sombrero y la concha de peregrino.El Códice Calixtino fue la primera guía oficial del Camino de Santiago donde se recogían sermones, milagros, leyendas y una amplia información de los alojamientos, hospitales, monasterios, santuarios y tradiciones de cada lugar.El Camino de Santiago no era una única ruta establecida. Existían muchos ramales que terminaban en el principal o en la propia Santiago de Compostela.El Camino Francés fue el más utilizado durante la Edad Media debido a que era el más seguro y practicable. No existía cambios excesivamente bruscos en su paisaje y además, estaba protegido por los caballeros del rey. Disponía de una gran infraestructura hospitalaria y de alojamientos. Una de las entradas del Camino Francés a la Península se realizaba por los Pirineos navarros y llegaba a Roncesvalles. Allí, después de superar el fatídico Alto de Ibañeta, se construyó una colegiata y un hospital para dar descanso y curar a los peregrinos.
Pero este lugar fue también muy transitado debido a la Canción de Rolando y la leyenda de Carlomagno y su sobrino Roldán. Muchos querían conocer el lugar donde, según contaban, se había desarrollado la batalla de Roncesvalles. Otro de los lugares muy importantes del Camino de Santiago fue Astorga. Una villa donde se cruzaba la ruta jacobea y la Vía de la Plata. Astorga también fue un enclave vital en el Camino Francés ya que llegó a tener hasta veinte hospitales para atender a los peregrinos.
Existe una leyenda del Camino de Santiago entre León y Astorga perteneciente a Puente Órbigo.Cuentan que hubo un caballero que pidió permiso al rey Juan II para que, durante 30 días, le dejara defender el Paso Honroso: un puente que separaba una y otra orilla del río Órbigo. El caballero en cuestión pretendía retar a todo aquel que quisiera atravesarlo si no reconocía la superioridad de su dama. El desafío acabó cuando venció a trescientos caballeros que acudieron movidos por la curiosidad.
Otro de los lugares importantes en el Camino Francés fue Ponferrada. Una villa que surgió por la necesidad de construir un puente de hierro para ayudar a los peregrinos a cruzar el río Sil.Su castillo fortaleza propiedad de la Orden del Temple llegó a ser uno de los más importantes del norte español por su defensa y cobijo a todo peregrino que lo necesitara. Un lugar lleno de historia y leyendas.
Y llegamos a una ciudad que mantiene su alma jacobea: Burgos. Debido a que llegó a tener hasta 35 hospitales se convirtió en etapa vital del Camino de Santiago desde el siglo XI. Además, a la villa burgalesa también llegaba la variante del camino que venía de Vitoria. Y el alma compostelana de esta ciudad se hallaba en su bellísima catedral¿Qué sentía un peregrino cuando llegaba a la plaza de Santa María y veía esta imponente belleza pétrea? ¿Sabías que si tuvieras la oportunidad de observarla desde el cielo podrías imaginarte la silueta de un barco donde la popa son las dos torres y el cimborrio la zona de mando?
Como era común en aquella época, la Catedral de Burgos fue edificada sobre una iglesia románica. A principios del siglo XIII este templo comenzó a quedarse pequeño por el volumen de peregrinos que recibía la ciudad y decidieron levantar la catedral.
Cuentan que la primera piedra se colocó bajo el reinado de Fernando III en el año 1.221. Tardó cinco siglos en construirse. Una gran época de esplendor fue durante el siglo XV cuando la familia de los Colonia comenzó a edificar las agujas de las torres (pináculos piramidales); el cimborrio (cúpula de la catedral); la Capilla de los Condestables de Castilla y la Escalera Dorada
La fachada de Santa María es una de las bellezas góticas más hermosas de Europa. Tiene 84 metros de altura a los que se suman 79 metros de sus agujas. Incluso si la contemplas con detenimiento podrás encontrar muchísima semejanza con la catedral de Reims o de Notre-Dame. En la puerta de Santa María destaca un rosetón. Una vidriera que recuerda al pueblo judío. Arriba de esta hermosa estrella de seis puntas se encuentra la Galería de los Reyes donde están las esculturas de los ocho monarcas del reino de Castilla.
Antes de acceder al interior de la catedral es recomendable recorrer todo su perímetro. Subiendo las escaleras se encuentra una puerta muy clásica donde está Cristo con el libro de la sabiduría y rodeado de los cuatro evangelistas. Esta es la Puerta del Sarmental por la que también se puede acceder al interior.
Sigue recorriendo los muros exteriores del claustro hasta llegar a la calle Fernán González. Aquí hay otra puerta que representa el Juicio Final. Durante mucho tiempo por aquí accedían los peregrinos al interior de
la catedral.
Entra por la Puerta de Santa María.
Aunque será muy difícil explicar hasta que no se experimente, la Catedral de Burgos irradia una luz especial porque los rayos del sol son tamizados por las vidrieras y crean un místico juego de colores que se proyectan sobre la piedra blanca de su interiorComo muchos de los monumentos, la Catedral de Burgos también tiene sus curiosidades y sus leyendas. Algunos de sus rincones te van a hablar de ellas. Nada más entrar hay una figura muy grotesca y articulada que está en la nave central. Un muñeco que daba las horas abriendo su boca y emitiendo unos chillidos horribles. El llamado Papamoscas contrasta con la elegancia de la catedral. Existe una triste leyenda que cuenta el origen del Papamoscas.
Después de hacer fotos al Papamoscas (seguro que las haces) te puedes dirigir a la parte opuesta donde verás la Capilla del Santísimo Cristo. Esta figura se elaboró con madera y se recubrió con piel de becerro. Por cierto, también existe una curiosa leyenda sobre esta imagen:Cuenta la leyenda que en Burgos vivía un comerciante muy rico que se dedicaba a viajar continuamente a Flandes. Una de las veces, antes de partir, tuvo un mal presentimiento. Estaba convencido que los negocios no le iban a ir bien e iba a regresar a España peor de cómo se marchaba.Por eso suplicó a los monjes que rezaran por él y sus negocios para que todo le saliera bien. A cambio les prometió un valioso objeto para el monasterio.Viajó a Flandes y su proyecto salió como había planificado. Pero tan contento estaba de su éxito que no recordó su promesa.Cuando regresaba en el barco y cerca de la costa española, de pronto se acordó que no había comprado nada para regalárselo a los monjes. Se comenzó a sentir muy culpable por su olvido…Una de las noches en las que alumbraba la luna llena, alguien vio en el mar la silueta de un objeto muy grande que flotaba a la deriva. Lo recogieron.Era un arca de madera. Cuando lo abrieron pudieron ver la figura de un Cristo de cuerpo entero y tamaño natural. De pronto se dio cuenta que esta figura iba a ser el obsequio que iba a ofrecer a los monjes. Cuentan que, cuando el mercader entraba en la ciudad de Burgos, de pronto comenzaron a sonar solas todas las campanas de la ciudad…A este Cristo se le atribuyó varios milagros. El más representativo fue el que pudo vivir la reina Isabel la Católica cuando quiso llevarse uno de los clavos de la imagen.Pero cuando lo desenclavaron, el brazo del Cristo cayó hacia el cuerpo con un movimiento natural como si de un humano se tratara…Isabel la Católica no quiso el clavo y pidió que lo volvieran a colocar en su sitio.Regresa sobre tus pasos y vuelve a la nave central. Seguro que te atrapa esa luz especial que se difumina desde el cimborrio, un elemento de forma octogonal con amplios ventanales a los lados que iluminan el interior de una forma muy cálida.
Bajo del cimborrio te encontrarás con las tumbas del Cid y de doña Jimena. Un lugar para contemplar y recrearse con la intensa vida que tuvo este caballero burgalés y las numerosas leyendas que siguen contándose en torno a sus batallas.Si te interesa conocer la vida del Cid te la cuento aquí. A la izquierda del cimborrio podrás ver la hermosa Escalera Dorada que la puedes encontrar en el brazo norte de la Catedral de Burgos. Se construyó con el objetivo de enlazar su interior con la puerta de la Coronería. Existía un gran desnivel, entre interior y exterior, al estar edificada sobre una colina.
Su barandilla es de hierro dorado y está decorada con imágenes de animales mitológicos y elementos vegetales. Esta escalera sirvió como modelo para otras que se encuentran en París y Florencia.Cuentan los burgaleses que el último personaje famoso que bajó por ella fue Napoleón.
A la derecha del cimborrio se halla el claustro que se construyó durante el siglo XIII. Verás que tiene mucha luz natural debido a las numerosas ventanas. También hay expuestas algunas esculturas.
Llegarás a la Capilla Corpus Christi donde te espera otro objeto muy valioso para la catedral y los seguidores del Cid: el cofre. Este arca, que la verás colgada en la pared, tiene una preciosa leyenda en el Cantar del Mio Cid que también os voy a contar en este blog. Es una de las leyendas cidianas que más me gustan.
Detrás del altar se encuentra una pequeña “catedral” que es la Capilla de los Condestables. Podrás ver dos tumbas más. Se trata de dos esculturas casi perfectas realizadas con mármol blanco de Carrara.
Tienen tanta belleza, que las arrugas de la vestimenta y las facciones del rostro de los dos personajes parecen reales. No más que el pequeño perrillo que descansa sobre doña Mencía y que parece que en cualquier momento vaya a levantarse y desperezarse.
Por encima de estas esculturas hay numerosas vidrieras de tipo flamenco en una bóveda de doble estrella que le dan a este rincón un ambiente lleno de paz y tranquilidad.
Puedes seguir recorriendo tranquilamente el interior de la catedral después de haber visitado los rincones más hermosos de ella.
Si cuando salgas al exterior tienes la suerte de que esté anocheciendo verás cómo este monumento ha adquirido otra imagen mucho más misteriosa y atrayente, sobre todo, para el ojo del fotógrafo.
Descansa, respira, contempla e imagina. Recréate en todos los detalles, sus juegos de luces y sus figuras.
Es muy posible que ya lo conozcas pero si has llegado al Camino de Marian por primera vez, creo que es interesante que sepas que las cuando las palabras se hallan en color naranja son enlaces que te pueden proporcionar más información detallada de lo que te estoy contando. Así que si te interesa...¡cliclea!