Hablamos de crisis del cine español y a la vez tenemos joyitas como la de Rodrigo Cortés, capaz de mantenerte hora y media de reloj atrapado con un hombre dentro de una caja. La cosa tiene su mérito.
Pienso en la creación del guión: "Esto va de un hombre que está enterrado".No me digáis que el punto de partida no es tirar ya muy alto. Pues bien, si difícil es que te salga un guión que merezca la pena, más difícil creo que es llevarlo al mundo audiovisual. "¿Todo dentro de una caja?¿Estás loco?" No sé cuántas veces se lo dirían a Cortés hasta que consiguió rodarla, pero gracias a esa locura y a su empeño,podemos disfrutar de una de las apuestas ganadoras del año.
No sé si es mejor verla en el cine o en casa. En el cine puedes sentirte más a oscuras y aislado, pero no puedes controlar los síntomas de los resfriados del resto de espectadores, y esta película es de las que una tos en algún momento sepulcral puede, como poco, hacerte saltar de la butaca, y como mucho, fastidiar la concentración. Pero sea donde sea, seguro que Ryan Reynolds conseguirá que se descontrole el ritmo de vuestra respiración.
Si estáis hartos de compras y comidas, ya sabéis: disfrutad de noventa minutos claustrofóbicos.