"Si quieres sorprender a los demás, sorpréndete a tí mismo".
Hay episodios truncados en nuestros trayectos. A veces, nos encontramos como Eric Bishop (genial Steve Evets) desorientados, sumidos en un atormentado momento vital, desmotivados ante el destino y afligidos por los entrañables momentos que se ven prisioneros en un baúl de nostalgias. El ambiente oscurece y el laberinto se ensancha hasta que no eres consciente que la felicidad es una puerta que se abre hacia dentro, teniéndose que retirar un poco, sin empujarla. Y con una reflexión de Kierkegaard, un porro entre los labios y un póster de Eric Cantona de frente, es como comienza la escalada desde la negrura de las noches insomnias, buscando a Eric.
Buscando a Eric es la peripecia de todos y de un sólo individuo por conquistar los días sellados con sonrisas. Es volver a rockanrolear como en la juventud perdida y reconocer que la felicidad es compartida, algo tan evidente como ese pase que dió Cantona a Irwin ante los Spurs de Tottenham. Ser feliz es ver a otros felices y, por ende, a todos. Es, en el sentido futbolístico, ser feliz por un gol, por tu compañero, por tu equipo, por el estadio. Y si la felicidad es compartida, la ayuda también. Los amigos serán los hombros en los que confiar, en la disponibilidad sine qua non, nada es posible en los tiempos que corren. Junto con su alter-ego, reencarnado en su ídolo, el futbolista francés Eric Cantona (Eric Cantona, lui-même que prosigue su carrera cinematográfica desde otra película que recomiendo: La fortuna de vivir, de Jean Becker) y sus amigos del trabajo y de la taberna, el reinicio de su vida sería imposible de concebirse. Y los problemas y sueños que alberga su íntimo ser -que van desde el amor eterno hasta sus hijos, sin pasar por el fútbol que pasa de pasada-, seguirían siendo utopía, palabras vanas.
Eric frente a Eric, en la película LooKING for ERIC.
Ken Loach y Paul Laverty -maestros del drama social británico, con obras como It's a free World, Ae Fond Kiss, My name is Joe, Sweet Sixteen o Tierra y Libertad por nombrar algunas- nos vuelven a incidir en que hay valores que siguen tan latentes como antaño. Aunque conservan una mirada crítica y un guiño combativo tan propio en ellos, ambos irrumpen en un terreno que desconocían hasta ahora, tal y como era la comedia. Y la coagulación de géneros y miradas diferentes, han dado a una película que encierra una visión optimista ante las dificultades actuales. El humor, la amistad (el microcomunismo) y el optimismo salen a relucir como valores fundamentales frente a otras propias de la sociedad actual, tales como el egocentrismo, la idolatría energúmena y el despilfarro (que refleja en las generaciones venideras).
Buscando a Eric es, en definitiva, una película entrañable, apta para gestos risorios y reflexiones filosóficas (y futbolísticas por la fuerza), provista además de mensajes subliminales o no tan subliminales que garantizan discusiones risueñas de taberna; y que destila desde la pantalla un optimismo necesario para aquellos que no pueden sentarse en las gradas de los privilegiados.
Título: LooKING for ERIC (Buscando a Eric)
Año: 2009
País: Reino Unido
Dirección: Ken Loach
Guión: Paul Laverty
Música: George Fenton
Reparto: Eric Bishop (Steve Evets), Eric (Eric Cantona), Lily (Stephanie Bishop), Ryan (Gerard Kearns), Jess (Stefan Gumbs), Meatballs (John Heshaw), Spleen (Justin Moorhouse)