Revista Economía

Buscar trabajo 2.0

Publicado el 02 mayo 2013 por Gato9colas @cosasdedinero

Estamos en una situación excepcional y sólo podemos arreglarla entre todos con medidas excepcionales

Estamos en una situación excepcional y sólo podemos arreglarla entre todos con medidas excepcionales

Me preguntaréis: ¿Qué haces escribiendo en un blog el día el trabajo? ¿No aprovechas para descansar? Pues la respuesta es: No, no descanso. Yo tengo trabajo pero soy consciente que millones de españoles no lo tienen y por eso he querido aportar mi granito de arena para dar ideas al gobierno, a las empresas y a los parados. Si una sola persona consigue trabajo gracias a alguna idea que proponga en esta entrada me daré por satisfecho.

El gobierno nos pide paciencia, nos dice que están haciendo lo que deben, que la cosa va a mejorar pero la triste realidad es que, al menos por el momento, seguimos yendo a peor. El paro no deja de crecer. En el momento de escribir esto se supone que un 27% de la población está en paro. Y digo “se supone” porque estoy convencido que las cifras han sido maquilladas.

Hay un dato sobre el paro en España que es muchísimo peor que los 6.277.000 desempleados que afirman tenemos en nuestro país. Lo que realmente es dramático del paro en España es la evolución que está teniendo la duración del paro. El verdadero drama lo encontramos en el número de personas que llevan ya más de dos años sin poder trabajar y en el incremento del número de familias donde todos los miembros están parados. Dicha cifra se está incrementando de forma exponencial y ya representa el 9% del 27% de la tasa de paro.

Es la tasa de paro más alta de la historia de España. Además, es especialmente preocupante que casi tres millones de personas llevan más de un año parados y que casi dos millones de hogares tienen a todos sus miembros en paro.

¿Qué podemos esperar del gobierno?

El gobierno podría hacer muchas cosas, pero se limita a decir que ya está haciendo lo que debe, que a mi entender es nada. Como se limitan a pedir paciencia, supongo que están cruzados de brazos esperando que la situación se resuelva por si sola por arte de magia. Si estuvieran haciendo algo dirían lo que están haciendo en vez de pedir paciencia. Así que poco podemos esperar del gobierno.

Podrían por ejemplo implantar una semana laboral de cuatro días. Hasta ahora, esa es la solución más afortunada en los países desarrollados. Se trata de trabajar las mismas horas a lo largo de la semana (unas 40), pero en sólo cuatro días, es decir, concentrar la semana laboral liberando tres días para el descanso.

Si todos estuviéramos dispuestos a apechugar con la situación incluso se podría hablar de jornadas laborales de 32 o 35 horas (cobrando menos eso sí, pero cobrando mucha más gente).

¿Ventajas? Reduce sensiblemente el consumo energético en los centros de trabajo, con el ahorro que ello conlleva, y en los lugares donde se ha implantado se ha incrementado la productividad de los empleados y se ha reducido la realización de horas extras, lo que también es un ahorro, que se puede canalizar a aumentar los beneficios… o a generar nuevos puestos de trabajo. Colateralmente, la gente, al tener más tiempo libre puede hacer otras actividades que generan consumo y riqueza a la sociedad.

La reducción de la jornada laboral permitiría a los empresarios con X trabajadores tener X+Y repartiéndose la carga de trabajo y el salario proporcionalmente. Más gente trabajando, menos paro, aunque provisionalmente cobremos menos dinero, ya hablaremos de sueldos cuando la cosa mejore.

Las ayudas vinculadas a cursos de formación, como todos sospechamos no son más que formas de maquillar cifras. Los cursos de formación sólo crean algunos puestos de formadores en el mejor de los casos porque la formación que aportan deja muchísimo que desear.

El gobierno debiera crear incentivos fiscales a la contratación y al mantenimiento de empleo a jornada completa. De tal forma que un empresario que tiene X trabajadores pueda tener X+Y pagando los mismos impuestos (X) y algunos nuevos salarios. No se aumenta la recaudación de impuestos, pero disminuyen los gastos por desempleo.

También sería necesario sustituir las subvenciones dadas a fondo perdido por créditos a bajo o nulo interés. Dentro de algunos sectores como el cine, la agricultura y la ganadería o la energía hay demasiada gente que vive exclusivamente de las subvenciones, y no del rendimiento. Si esa subvención se transforma en un crédito, la obligación de devolverlo, aunque sea sin intereses, reconduce el gasto hacia una inversión de la que se espere obtener rendimiento y que genere crecimiento.

El gobierno debiera olvidarse, o al menos hacer la vista gorda durante una larga temporada, en la persecución del fraude, de la economía sumergida y de personas que están en paro y que están trabajando “en negro” porque es su única posibilidad de comer. Cuando la cosa mejore ya habrá tiempo de perseguir ese fraude, pero creo que ahora es el peor momento porque la pescadilla que se muerde la cola cada vez da mordiscos más gordos y a este paso no va a quedar ni la espina.

¿Qué podemos esperar de las empresas?

Aunque no lo parezca, estoy convencido que muchísimas empresas ya hacen lo que pueden para no generar más paro, así que poco pueden hacer para generar empleo, máxime cuando el gobierno exige tanta austeridad, tanto aumento de la productividad y tanta normativa laboral que no genera empleo en absoluto.

De hecho, me consta que muchas empresas intentan contratar a trabajadores de forma sumergida, no porque les salga más barato ni por defraudar, sino por ayudar a la máxima gente que pueden.

No todos los empresarios piensan exclusivamente en su propio beneficio y yo soy partidario que si pueden dar trabajo a alguien, aunque sea pagándoles con dinero negro, bienvenida sea la iniciativa. Estamos en una situación excepcional y sólo podemos arreglarla entre todos con medidas excepcionales. El gobierno más que pensar en personas que dejan de pagar impuestos por cobrar en negro debiera pensar en personas que consiguen comer precisamente por cobrar en negro.

Sé con certeza que algunas empresas utilizan los contratos a tiempo parciales como contratos encubiertos a jornada completa, exentos de un elevado porcentaje de cotización, en el que el empleado es explotado si quiere trabajar. Por ejemplo hay contratos de ese tipo disfrazados de programas de prácticas en empresas por los que se puede pagar a un universitario titulado menos de 600 euros brutos por una jornada laboral completa, con el beneplácito de administraciones varias. Pero no voy a hablar de esas empresas que sólo piensan en su propio beneficio.

Hay empresas que están utilizando los contratos de media jornada o a tiempo parcial para ayudar a toda la gente que pueden. En vez de contratar a un solo empleado a jornada completa contratan a 2 personas a media jornada y así aseguran un ingreso, aunque sea más pequeño, a dos personas (quizá a dos familias que dependen de ese sueldo) en vez de a una sola.

La colaboración empresarial también puede generar empleo, aparentemente de menor calidad, pero empleo al fin y al cabo. Por citar un ejemplo, ¿porqué no ponerse de acuerdo tres empresas para contratar a un contable? Al contable le daría igual pues cobra un sueldo completo aunque le paguen tres empresas distintas y las empresas podrían permitirse menos costes con el aumento de la productividad que ello conlleva.

Otra posibilidad de las empresas es crear minitrabajos o minijobs y compartir multitrabajadores. Por ejemplo tres empresas se juntan para alquilar un local en común para almacenar sus artículos y contratan en común a un transportista que les haga los portes, al contable anteriormente mencionado y a un manipulador que prepare los pedidos con el ahorro que supone para cada empresa. Una sola empresa quizá no podría permitirse contratar a tres personas pero tres empresas si pueden contratar en común a esas tres personas por el mismo precio que pagarían a una sola. ¿Qué más les da a los tres trabajadores si trabajan en el mismo sitio y con un sueldo completo aunque les paguen tres empresas distintas?

Otra posibilidad de los minitrabajos es que las empresas podrían convertir en empleo las horas extra. En vez de pagar a un empleado horas extra ¿porque no crear un minitrabajo para poder contratar a otra persona a tiempo parcial?

Quizá algunos se lleven las manos a la cabeza al leer esto, pero recuerdo que la situación es excepcional y que las medidas deben ser excepcionales si queremos generar empleo. Además, las estadísticas me dan la razón. La relación estadística es directa: a mayor cantidad de trabajo a tiempo parcial, menor es el nivel de paro de una economía. El poco trabajo que hay tenemos que repartirlo para generar riqueza y poder generar más trabajo. Quizá todos cobremos menos dinero a final de mes, pero al menos todos podremos comer o pagar las hipotecas y evitar los desahucios por ejemplo.

Otra posibilidad que están poniendo en práctica muchas empresas es reciclarse para generar empleo o, al menos, mantenerlo. Por citar un ejemplo, muchas empresas de construcción de viviendas han tenido que olvidarse de construir pisos y ahora se dedican a rehabilitación de inmuebles dotándoles de instalaciones de eficiencia energética, etc. La mayoría de los trabajadores están desadaptados, su capacidad no coincide con lo que pueden ofrecer, por lo que las empresas tienen que crear programas de formación para su readaptación.

Y por último, tú. ¿Qué puedes hacer para conseguir empleo?

La solución más obvia es que intentes trabajar por cuenta propia creando tu propia empresa y prestando los servicios que puedes prestar. Es duro, pero si nadie va a contratarte mejor luchar por una posibilidad de trabajar aunque sea más arriesgada. En Internet tienes cientos de recursos e información para emprendedores así que no voy a entrar en el tema.

También puedes utilizar tu imaginación en la búsqueda de empleo y olvidarte de enviar el tradicional currículum vitae a las empresas. Te aseguro que en el 99% de los casos tu CV acaba directamente en la basura. Algunas de las ideas que voy a proponerte pueden parecerte ideas estrambóticas y seguramente más de uno pensará que estoy bebido o fumado, pero si lo piensas fríamente quizá no sean ideas tan descabelladas.

En tiempos de crisis, la originalidad tiene premio. Con millones de personas en busca activa de empleo, llamar la atención de los empresarios no es tarea fácil. Sin embargo, hay quien se las ingenia para convertir su situación desesperada en una ventaja competitiva con sólo unas gotitas de creatividad.

El programador francés Philippe Dubost no era más que uno de los aproximadamente 25 millones de parados que hay en la Unión Europea. Sin embargo decidió arriesgar y diseñó su currículum como si se tratase de un producto a la venta en Amazon.com, la mayor tienda online. El éxito no tardó en llegar. En las siguientes 24 horas las visitas de su web se multiplicaron por 10 hasta las 80.000 en una sola jornada. Su currículum online registró picos de hasta 1.000 personas conectadas a la vez desde lugares como Reino Unido, Estados Unidos, Australia o Japón. Su iniciativa pronto se convirtió en una incesante lluvia de propuestas de trabajo.

Algunos jóvenes están volviendo al campo mientras se dedican a hacer teletrabajos. La vida en los pueblos es muy barata y con un pequeño huerto y algunas gallinas o un par de cerdos se puede vivir bastante bien con sueldos pequeños o realizando minitrabajos por Internet.

En España también hemos asistido a intentos poco comunes de llamar la atención de los empresarios. En 2010, dos desempleados valencianos buscaron trabajo a través de un anuncio en una valla publicitaria, una original iniciativa con la que pretenden conseguir el empleo que no habían logrado durante varios meses por los medios tradicionales. Francisco Jover, un licenciado en Administración y Dirección de Empresas de 26 años, y la diseñadora gráfica Susana Alcolea fueron los dos ganadores valencianos del concurso “Vende-T”, con el que la empresa publicitaria CBS Outdoor publicita los currículum de desempleados de toda España de forma gratuita durante un mes.

Adam Paccitti, por su parte, decidió alquilar una valla publicitaria para buscar trabajo. Se veía su foto junto a un texto que decía “He gastado mis últimas 500 libras en este anuncio. Por favor, dame un trabajo. Y su página web: employadam.com”

Otro innovador fue Michiel Das, quien ideó una campaña para encontrar trabajo. Según la teoría de 6 grados de separación, cada persona está conectada con el resto del mundo a través de 6 contactos. Das creó 3 tarjetas de visita y se las dio a tres amigos, con el objetivo de ver hasta dónde llegaban, y encontrar un trabajo en el área de marketing y las redes sociales. El resultado en su web: elviajedemitarjeta.com

Victor Petit introdujo un código QR en su curriculum sobre una imagen suya de forma el código QR enlazaba con un vídeo presentación. La idea era buena, un pdf de dos páginas, en una su currículum y en la otra una foto a tamaño A4 con un código QR sobre su boca, como si estuviera amordazado. Al pasar un teléfono con lector de códigos QR te llevaba a un video de presentación.

Alec Brownstein ideó una campaña en Google Adwords de forma que cada vez que los directores de agencias publicitarias teclearan su nombre en la caja de búsqueda de Google apareciera el anuncio “Googlear tu nombre es divertido. Contratarme a mí también“.

Otra posibilidad es crearte una tarjeta de visita 2.0 ¿Cómo te presentas online si no puedes dar una tarjeta de visita de papel? Puedes crear una tarjeta de visita electrónica aprovechando aplicaciones web (algunas gratis) para generar páginas de presentación atractivas y gratuitas.

También puedes experimentar con formatos de CV menos tradicionales. Un currículum de papel no suele llamar la atención, pero un vídeo-CV sí, especialmente si es poco convencional. Para crearlo, basta con tener una cámara y buenas ideas.

Arturo Torres encontró empleo creando su propia publicidad haciendo billetes falsos de 500 euros. Se trataba de un billete de 500 euros con la frase “Te regalo 500 euros si me ayudas a conseguir empleo” Imprimió dicha publicidad y se dedicó a repartirla por coches y buzonearla. Un mes después un desconocido le puso en contacto con un empresario que le proporcionó empleo y, además, no le exigieron que pagara los 500 euros que ofrecía.

Como puedes ver, el Empleo 2.0 no es buscar oportunidades, es hacer que te encuentren.

Según el Informe Infoempleo-Adecco 2012, el 80% de los reclutadores de personal de las empresas ya buscan a los profesionales en las redes sociales. Internet y las redes sociales son los nuevos escenarios para la búsqueda de empleo y para los profesionales que quieren demostrar lo que valen.

El nuevo “buscar empleo 2.0” es convertir tus servicios en una oferta comercial en la que no te vendes tú, sino tu trabajo. Puedes ofrecer microservicios o postularte para realizar minitrabajos. Si, por ejemplo, eres periodista puedes ofrecerte a escribir para otros blogs. Te pagarán poco por cada artículo, pero sumando todas las ganancias a final de mes pueden ser un sueldo perfectamente decente.

En las redes sociales no vendes, “te compran” basándose en la imagen o marca profesional que proyectas y en lo que otras personas dicen de ti. Hazte visible para que las oportunidades te encuentren.

¿Sabes presentarte profesionalmente en 30 segundos y en 140 caracteres? Como si se tratara de una conversación casual con un desconocido en un ascensor deberías poder explicar qué sabes hacer de forma breve y concisa, pero sobre todo ten preparadas presentaciones profesionales en diversos formatos (texto, powerpoints originales, vídeos, audios, pdfs interactivos, etc.) que puedas usar en las redes sociales y en el cara a cara en función de cada contexto. Si no sabes decir quién eres y qué haces, los demás no sabrán quién eres ni qué haces.

Recuerda: La situación es excepcional y de todos depende tomar medidas excepcionales. Lo único importante ahora es generar empleo como sea, luego, cuando vengan las vacas gordas ya hablaremos de mejorar el empleo.

Por mi parte espero haber aportado algo y ojala alguien consiga empleo leyendo esto. Sería la mejor recompensa por haber trabajado el día del trabajo.

 


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