Eider común (Somateria mollissima) Se despereza después de haber descansado frente al observatorio de la Arenilla.
Eider común (Somateria mollissima) Y se zambulle en busca de alimento.
Eider común (Somateria mollissima) No siempre se triunfa.
Eider común (Somateria mollissima) No desesperemos. Lo volvemos a intentar.
Eider común (Somateria mollissima) Ahora si, un buen cangrejo.
Eider común (Somateria mollissima) Lo sacudimos una y otra vez.
Eider común (Somateria mollissima) Una y otra vez, hasta desmembrarlo por completo y dejar su cuerpo sin patas.
Eider común (Somateria mollissima) Mucho más cómodo para tragarlo.
Eider común (Somateria mollissima) Está guapísimo y bien alimentado.
Eider común (Somateria mollissima) Prácticamente le hemos visto alcanzar la madurez en nuestro estuario. Dicen que se le ve reclamar a los cuatro vientos, como atrapado por su particular "llamada de la selva". Ojalá le vaya bien, se una con sus congéneres y consiga encontrar pareja y reproducirse... Siempre nos quedará la esperanza de que, en lo más hondo de su pequeño cuerpo de pato, una llamada invisible le indique que volver a Santoña a pasar el invierno es una inmejorable alternativa. ¡Buen pajareo!