Se nos terminó. Se acabó. Ya no habrá más Bluebird, ni más temazos ni más momentos madredelamorhermosoquéfuertequéfuerte. Nashville nos deja hasta después del verano y yo vengo por aquí a llorar, a mesarme los cabellos y a hablaros, otra vez sí, de esta estupenda serie que, para servidora, es de lo mejorcito de la temporada, si no lo mejor.
Nashville es elegancia, ya os lo dije en una ocasión. Es música, es culebroneo fino, es un guilty pleasure del que se puede, y se debe, presumir. Me voy a hacer una camiseta con un "Yo veo Nashville" bien grande. Y debajo un "team Juliette". Aunque nadie sabrá qué significa, me da lo mismo. Yo con Nashville, a muerte.
Y ahora que lo menciono, no puedo entender por qué ninguna cadena de televisión española no se ha interesado por esta serie, que a mi madre, a mi tía, a mi prima, a mi otra prima, etc les gustaría lo que más. Es que sería la serie del año en España. Es que todo el mundo cantaría las canciones, se vestiría country style, no se hablaría de otra cosa. ¿Dónde tienen el cerebro los programadores españoles? Bueno, mejor no respondáis.
Eso sí, si alguna cadena española se decide a dar el paso de emitir Nashville, espero y suplico que la cuiden. Que no hagan como han hecho con Homeland, partiendo en dos (WTF?) el episodio final de la primera temporada, o como con las británicas Call the Midwife y The Paradise, programadas los domingos por la tarde, en un "quiero y no puedo" de tele5 bastante extraño. O, más bien, un quiero y no me atrevo a emitir algo decente, así que lo pongo los domingos por la tarde, que pasa más desapercibido. No se vaya a aburrir el público habitual que "honra" los shares de la cadena.
En fin, Nashville, lo que os decía. Su season finale me ha dejado seca de tanto lloro y con el alma en un puño merced a unos cliffhangers estupendos. Lo que es acabar por todo lo alto, manteniendo el nivel de la temporada.
Se le puede achacar a Nashville, eso sí, que ha utilizado demasiadas tramas, algunas a la velocidad del rayo y algunas hasta innecesarias y sobrantes. También que muchas de esas tramas se han resuelto, complicado o avanzado por mecanismos extremadamente sencillos, meras casualidades que alivian la tensión del espectador (o le proporcionan veinte toneladas más) pero que le dejan también con la sensación que "vaya, qué fácil". Lo puse un día en mi cuenta de tuiter, no tengo ni idea de cantar, pero creo que me voy a ir a Nashville a dar cuatro gorgoritos en cualquier bar, que seguro que está por allí el ejecutivo más importante de la discográfica más potente, me ficha y... Taylor Swift?? WHO??
Este mecanismo de avance (e incendio) de las tramas es propio de lo que es Nashville: un culebrón de manual sin ninguna vergüenza de serlo. Y ole. Si la serie no tiene vergüenza de ser lo que es, por qué hemos de tenerla los demás. Eso sí, algunos personajes a mi me sobran, si no del todo, si en mucho. Pero supongo que habrá fans de Scarlett O'Connor que no soportarían un Nashville sin sus ricitos de oro. Esto va en gustos, así que mejor me callo.
Además, está la música. Esa maravillosa música, interpretaciones, actuaciones, conciertos, canciones... Nashville ES la música. Nashville SON momentos como este:
Lennon & Maisy Stella, Maddie & Daphne en la serie. Pelos de punta, piel de gallina. No se puede ser más monas ni cantar mejor ni preparar un número musical de dos niñas con más gusto, clase, ternura y estilazo. Esta canción, este momento resume toda la serie. Y si no supusiera espoilear demasiado, os pondría el número final de Hayden Panettiere, Juliette Barnes. Porque esa es otra, cómo está Hayden Panettiere en la serie. De Globo de Oro. De Emmy. De todo lo que la quieran dar. Team Juliette forever and ever.
Soy tu fan
Hasta Connie Britton sabe que aquí la niña se la merienda en cada escena que comparten. Dicen las malas lenguas que Connie no está a gusto en la serie, por discrepancias con la productora o algún eufemismo similar. Veremos qué sucede tras el verano.
Mientras tanto, nos quedan varios meses con la banda sonora de la serie en bucle. Que hay que perfeccionar la técnica para cuando nos vayamos a triunfar a Nashville. Ouh yeah!