Cada día tiene una tontería nueva

Realizando mi repaso diario a la prensa digital me encuentro con una nueva noticia sorpresa: “Un editor prohíbe la mención del cerdo en sus obras para no ofender ni a musulmanes ni a judíos”. Y sigue diciendo que el mencionado editor “Oxford University Press” es uno de los mayores editores de educación del mundo pondría como ejemplo el famoso personaje “Peppa Pig”.

Resulta curioso leer noticias como estas con la cantidad de cosas que pasan por el mundo. Tenemos muchos medios para ver cosas realmente ofensivas, pero sobre todo tenemos internet y las redes sociales. En las redes sociales estamos hartos de ver cientos de vídeos, de enlaces y de noticias que no sólo ofenderían a un musulmán o aun judío, ofenderían a una persona normal y resulta que en lugar de solucionar asuntos realmente importantes como esos hay gente que se dedica a publicar absurdos estudios como este de no incluir la palabra cerdo.

Hay muchas culturas en el mundo y muchas formas de ser y de actuar, pero seguro que el mundo está lleno en cualquier cultura de gente absolutamente normal que no tiene por qué ofenderse con cosas como esas. Ciertamente eso es lo que yo creo, porque de no ser así, de estar yo equivocado es que el nivel de imbéciles a nivel mundial rozaría ya lo preocupante y lo inasumble.

Pues anda que no hay cosas mucho más importantes de las que preocuparse en el mundo, pero no sólo a nivel educativo si no en general como para perder el tiempo en si se incluye o no la palabra cerdo por no faltar al respeto a ciertas culturas. Debe ser que mientras se pierde el tiempo con estas tonterías no prestamos atención a lo verdaderamente importante y a los asuntos donde nos la cuelan de verdad, pero a todos, a judíos, a musulmanes, a católicos y a mormones.

La gente no se ofende por cosas mucho más importantes como guerras, asesinatos, crueldades…¿De verdad alguien puede creerse que pueda haber un número mayoritario de personas que pudieran ofenderse por cosas como estas? Si la ofensa fuera mayoritaria si que habría que decir aquello de “mundo párate que yo me bajo”.