Éxito es una palabra que acostumbramos a relacionar con un reconocimiento a gran escala y su correspondencia económica, de tal modo que un actor de éxito es aquél que protagoniza las películas más taquilleras, un cantante de éxito es el que arrastra multitudes y provoca taquicardias entre las adolescentes, y una escritora de éxito es la que con sólo poner su nombre en un manuscrito garantiza que ocupará los primeros puestos en las listas de ventas, aunque… bueno, para ser súperventas no hace falta ser escritor, basta con aparecer en alguna bazofia televisiva de máxima audiencia.
El sueño de Mario Rojas era convertirse en un escritor de éxito, así que cuando la oportunidad llama a su puerta, no duda en aprovecharla. El éxito es muy goloso. ¿Qué escritor o aprendiz de ello no fantasea con ver su obra reconocida? Si nos aseguraran que cualquier cosa que escribamos será un best seller, ¿cómo decir que no?
Mario Rojas no duda en subirse al tren, aunque ello signifique poco menos que venderle el alma al diablo…
Caídos del suelo (Baile del Sol Ediciones) es la primera novela de Ramón Betancor. Periodista de La Palma, la Isla Bonita (certifico que lo es), y escritor novel. ¿Cómo no sentirme identificado? Igual que el protagonista de su historia, tanto Ramón como yo, y un puñado de miles de autores más, porfiamos por salir de la invisibilidad que otorga levantar la mano entre un océano de manos levantadas. En la vida real no existe un Clan que conceda el éxito como por arte de magia, o no, al menos, de la manera como se presenta en este thriller trepidante que penaliza el menor despiste del lector.
En Caídos del suelo nada es lo que parece y —recurriendo a los continuos juegos de palabras que utiliza el autor— todo parece lo que no es.
Mario nos cuenta su historia de éxitos y fracasos, de reconocimiento profesional y desdichas personales, de una permanente lucha interior entre deseos y realidades; dudas, nostalgias, sueños y pesadillas. Y en el curso de un relato impregnado siempre de una atmósfera incómoda pero paradójicamente atrayente, aprovechará para, cena a cena, copa a copa, vermut tras vermut, acabar con las existencias de alcohol de bares, restaurantes, hoteles y locales de moda que se cruzan en su camino y en el del resto de personajes.
Se trata de un viaje interior por las aguas de la incertidumbre a bordo de un velero al que el temporal amenaza con enviar continuamente contra las rocas. De la siempre cálida y bella costa de las Islas Afortunadas, para más detalle. Se nota que Ramón ama su tierra, que es tierra y océano a partes iguales.
En las páginas de Caídos del suelo se nos plantea la eterna batalla entre tentación y cordura. En este caso, como en tantos otros, la tentación se impone y lleva al escritor protagonista a abrir la tentadora caja de Pandora sin evaluar las consecuencias de una decisión que marcará el resto de su vida.
No voy a desvelar nada más del argumento porque es una novela que vale la pena leer sabiendo lo menos posible sobre lo que nos tiene preparado.
Ramón Betancor demuestra un gran dominio del lenguaje y del ritmo narrativo, administrando con acierto las dosis adecuadas de intriga y sorpresa, cosa que irremediablemente nos empuja a, como le ocurre a Mario Rojas, querer descubrir más.