Puente de la Constitución, Venecia. Santiago Calatrava.
Cada vez que lo miro me parece mejor. He de reconocer que con la curva que forma la estructura, está haciendo referencia a todos los puentes de la ciudad, desde el de los suspiros, hasta el de Rialto. Un simple trazo ligero que salva las dos orillas del Gran Canal, sin rechazar un lenguaje propio de Calatrava, contemporáneo y claro.
Pero esta obra, no ha quedado al margen de la polémica que parece rodear siempre al arquitecto. Sus retrasos a la hora de construirlo, la cuestionable necesidad de un cuarto puente sobre el Gran Canal manifestada por los propios venecianos y lo que a mi me parece más grabe, la negación de un acceso para discapacitados por los escalones, que aunque ligeros, hay que salvar. Pues a todo ello se le une hoy un estudio que pone de manifiesto ciertos fallos de diseño, que podrían dar con la estructura en ruina. Por ello se le aconseja al ayuntamiento que mantenga sus ojos en él, para en caso de urgencia, no poner en peligro a los transeúntes.
En su defensa diré, que los vecinos de la ciudad parecen hoy contentos y agradecidos por el diseño de Calatrava, que ha terminado por ser uno más de los recursos patrimoniales de Venecia.
Izq: Nuevo puente en Dublín.
Der: Puente de la Mujer en Buenos Aires.
Pero otros diseños parecen más cuestionables por repetitivos. En el caso de Dublín, el que será su segundo puente en la ciudad, pese a querer asemejarse a un arpa, no parece muy diferente al de muchos otros ejemplos suyos como el de Buenos Aires de la imagen. Como diría Oroz: Lo poco gusta y lo mucho cansa.
Noticia: El País