Por José Luis Zapata
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No les puedo mentir, amo las matemáticas. A pesar de que tal vez no sea el mejor en la materia resulta que mi carrera necesita más matemáticas de las que creía; pero esto ayudó a reforzar el gusto que ya tenía por ellas. Y además de las matemáticas, algo que me gusta son los gadgets.
Es por eso que hace unas semanas me di a la tarea de ver qué había de nuevo en el mundo de las calculadoras gráficas, pensando que me encontraría con cosas revolucionarias -al igual que en prácticamente cualquier otro dispositivo electrónico- pero después de buscar mucho, hace poco tuve la oportunidad de leer este interesante artículo y me di cuenta de que no hay nada nuevo bajo el sol.
Por poner un ejemplo déjenme hablarles de una de las mejores calculadoras que vi -y que mencionaban en el artículo-, la Texas Instruments TI-NSpire CX CAS.
Hasta aquí todo bien, el nombre parecía lo suficientemente innovador y grande, con muchas siglas. Tenía además una batería recargable y un puerto mini-USB para recargarla y poder hacer algún intercambio de información con la computadora. Además de eso, es bastante delgada -1.57 centímetros-. No parecía tan malo.
El problema empezó cuando me di cuenta de sus otras especificaciones: una pantalla “HD” a color de 320-240 pixeles con 65,536 colores y 100mb de memoria. No mencionan el procesador, pero según leí en algunos foros, sería raro que superara los 80 Mhz. ¿el precio?: $163.00 USD.
Por unos $100-150 USD más podría conseguir una netbook lo suficientemente poderosa para llenarla de software de matemáticas como Octave (que es multiplataforma), Scilab y un largo etcétera si usan Linux como yo, o Maple, Mathcad y MATLAB -entre otros- si usan Windows o Mac y tienen las licencias necesarias.
Además de eso muchos de nosotros tenemos algún smartphone o parecido que nos puede sacar de ese apuro. En mi caso uso un iPod Touch de primera generación, el cual con algunas apps de matemáticas hacen su trabajo excelentemente, incluso hay simuladores de calculadoras gráficas -bastante incómodos, pero existen-. Pero si sólo tuvieran acceso a Internet, lo más probable es que Wolphram Alpha sea más que suficiente.
Por lo general mis necesidades matemáticas se dividen en dos: cálculos sencillos, capaces de hacerse con una calculadora ncientífica simple y cálculos complejos (matrices, cuaterniones, ecuaciones diferenciales de orden superior, control no lineal, etc.), los cuales se pueden hacer con una calculadora gráfica programable o con una computadora y algún software de matemáticas, en este caso la computadora siempre es la opción que escojo (teclado cómodo para escribir y pantalla grande para ver datos, a mi me parece mejor idea).
Después de ver esto, me di cuenta que gran cantidad de los ingenieros e investigadores que al verse en el mismo dilema hacían la misma elección.
Esto me hizo preguntarme ¿por qué son todavía populares las calculadoras gráficas en algunas universidades y escuelas? Para muchos profesores la respuesta es: “se pueden usar en exámenes, una computadora sería demasiado”. Esa visión es arcaica, ¿por qué no crear entonces problemas que comprueben que, a pesar de cualquier tecnología, se entendió el tema? Hay que recordar que entre las características deseables de un profesionista están tanto saber su carrera como estar enterado de las mejores tecnologías ¿acaso no queremos gente que sepa usar las últimas tecnologías y no usar algunas que se están quedando obsoletas?
El caso específico de América Latina es especial. Si un estudiante se viera en la encrucijada de comprar una calculadora científica avanzada -que le ofrecerá gran comodidad para hacer sólo una tarea- o una computadora -que tal vez sea una inversión más grande pero por su versatilidad podría darle otros usos- lo más probable es que elija la computadora. Desde esta perspectiva, la calculadora incluso podría parecer un lujo, ya que invertimos una cantidad considerable de dinero en un aparato de uso muy limitado.
Si quisieran usar algo de tecnología que no sean computadoras y tal vez les deje más conocimiento, deberíamos volver a usar reglas de cálculo. No digo que sean usadas como la manera principal de hacer operaciones -sería como sugerir usar un ábaco en la ingeniería-, sólo digo que si las usáramos durante una o dos semanas mientras estamos en la educación básica superior (en mi país esto sería la preparatoria) tal vez aprenderíamos algunos conceptos que para muchos son “difíciles” de entender, ya que una regla de cálculo nos muestra todo de manera muy gráfica, tangible y didáctica.
Después de investigar y pensar un poco me di cuenta de que las calculadoras gráficas están entrando a la obsolescencia; después de la popularización de las computadoras personales, no son tan necesarias para los científicos como eran antes. ¿Cuánto tiempo más durarán por ahí?
Por José Luis Zapata | 14 de Abril de 2011, 09:22
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Fuente: Alt1040
Imagen: Voyage2000