Tras varios cambios realizados en el calendario de vacunaciones, sobre estas líneas podéis ver la composición final. Aunque ya sabemos que posiblemente se vuelvan a realizar cambios, de momento, con esta información podemos tener una idea de la vacunas que hay que poner a los niños. En este calendario se muestran todas las vacunas que se deben poner durante la infancia y la adolescencia, en él se indican las edades a las que se deben de poner las vacunas con perfil sistemático, las recomendadas y las que tienen como objetivo prevenir las situaciones de riesgo. En el caso de que no se hayan aplicado las vacunas en los tiempos establecidos, es necesario seguir las recomendaciones de vacunación con pauta acelerada a fin de proteger a niños y adolescentes.
Este es un calendario de vacunas general, pero como sabemos, existen diferencias entre comunidades autónomas, no se ha logrado establecer un calendario único, total y definitivo, por lo que los padres deberán consultar el calendario de vacunaciones correspondiente a su comunidad autónoma. Ahora vamos a comentar cada una de las vacunas que se deben poner a los niños.
Vacuna contra la hepatitis B
La primera vacuna que nos encontramos es la vacuna contra la hepatitis B, enfermedad infecciosa del hígado causada por el virus ADN hepatotrópico, provoca inflamación y necrosis hepatocelular. La vacuna que se aplica consta de varios antógenos, se suministran al organismo los patógenos inertes o antígenos para provocar una respuesta y que se generen los anticuerpos, sin riesgo a que se sufra la enfermedad. Esta vacuna se suministra en 3 dosis y las pautas pueden ser a los 0, 1 y 6 meses de edad, a los 0, 2 y 6 meses de edad, o a los 2, 4 y 6 meses de edad.
Todas las vacunas son adecuadas para niños de madres seronegativas (HBsAg neg.), es decir, que no tienen anticuerpos de la enfermedad. Las dos primeras pautas citadas son adecuadas para las madres que son portadoras del virus de la hepatitis B. En este caso, los recién nacidos reciben en las primeras 12 horas de vida la primera dosis de la vacuna, de ahí que las primeras dos opciones indiquen que se debe poner a los 0 meses de edad. En el caso de que la serología materna sea desconocida, se debe proceder de la misma forma, en las primeras 12 horas tras el nacimiento y posteriormente analizar la serología, en el caso de que sea positivo habrá que suministrar al recién nacido 0,5 ml de inmunoglobulina antihepatitis B en las primeras 72 horas tras el nacimiento. En este caso se están proporcionando cuatro dosis de la vacuna, pero esto es algo aceptable si se utiliza la vacuna combinada hexavalente a los 2, 4 y 6 meses de edad, en niños que hayan sido vacunados con una primera dosis con un preparado monocomponente al nacer. Los pequeños no vacunados tras el nacimiento seguirán la tercera pauta de administración.
Vacuna contra la difteria, tétanos y tos ferina
La segunda vacuna que encontramos en el calendario es la vacuna contra la difteria, el tétanos y la tos ferina acedular. La difteria es una enfermedad infecciosa causada por el bacilo de Klebs-Löffler, las exotosinas que produce afectan a la nariz, las amígdalas, la garganta, las fibras nerviosas, etc. Es una enfermedad contagiosa que ataca especialmente a los niños menores de 5 años, siendo en algunos casos mortal. El tétanos es una enfermedad provocada por la bacteria Clostridium tetani, produce potentes neurotoxinas que afectan al sistema nervioso generando potentes contracciones musculares. Suele introducirse en el organismo a través de heridas abiertas o cortes en los que están implicados objetos oxidados, la tierra, heces de algunos animales e incluso a través de la mordedura de un perro. Además de los espasmos indicados, la enfermedad provoca fiebre y pulso rápido, rigidez muscular, dificultad para poder tragar, apnea, etc.
La tos ferina acedular es también conocida como tos convulsiva, es causada por bacilos de la especie Bordetella pertussis, provoca inflamación traqueobronquial, sensación de asfixia, la complicación de la enfermedad puede afectar al miocardio y al sistema nervioso, de nuevo los más afectados son los niños menores de 5 años de edad. Para estas tres enfermedades se administra la vacuna DTPa o Tdap, se aplica en 6 dosis de las que 3 son de refuerzo. Tres se suministran en los primeros 6 meses, los refuerzos se administran a los 15-18 meses, a los 4-6 años y finalmente, la última dosis se recomienda a los 11-12 años, anteriormente se administraba a los 11-14 años de edad.
Vacuna conjugada contra la Haemophilus influenzae tipo B
La tercera vacuna que se debe administrar es la vacuna conjugada contra la Haemophilus influenzae tipo B, enfermedad provocada por el patógeno Bacillus influenzae tipo B, causante de enfermedades como la bacteriemia o la meningitis bacteriana aguda en los niños. Determinadas cepas de esta bacteria han generado una resistencia a los antibióticos, siendo una gran preocupación a nivel mundial, por lo que uno de los métodos preventivos más eficaces es la vacuna. Ésta se suministra en 4 dosis, una de ellas de refuerzo, a los 2, 4 y 6 meses de edad y la última a los 15-18 meses de edad.
Vacuna antipoliomielítica inactivada
La vacuna antipoliomielítica inactivada es la siguiente en la lista, se suministra para prevenir la acción de un enterovirus denominado poliovirus, el virus de la polio, es una enfermedad contagiosa que afecta al sistema nervioso causando parálisis y especialmente a niños con edades comprendidas entre los 5 y 10 años. Se administran 4 dosis, la última a modo de refuerzo, a los 2, 4 y 6 meses de edad, y la última a los 15-18 meses de edad.
Vacuna conjugada frente al meningococo C
La siguiente vacuna que encontramos en el calendario de vacunaciones es la vacuna conjugada frente al meningococo C causante de la meningitis, aunque cualquier persona puede contraer la enfermedad, son los niños y las personas inmunodeprimidas las de mayor riesgo. Esta enfermedad puede afectar al cerebro ocasionando lesiones en el cerebro y en otros órganos, la más peligrosa es la meningitis bacteriana, precisamente la que combate esta vacuna. Se suministra en tres dosis, una a los 2 meses, otra a los 12-15 meses de edad y finalmente la última a los 11-12 años de edad.
Vacuna conjugada frente al neumococo
Otra vacuna necesaria contemplada en la tabla de vacunaciones es la vacuna conjugada frente al neumococo, un patógeno que puede provocar diversas infecciones y procesos invasivos severos. Este microorganismo ataca sobre todo a los seres humanos y es responsable de causar enfermedades como la peritonitis, la neumonía o la sinusitis, aunque esto en el mejor de los casos, ya que en un proceso más severo es responsable de que los niños puedan sufrir sepsis o meningitis entre otras enfermedades graves. Como ocurre con la mayoría de microorganismos patógenos, ataca a los más débiles, especialmente a niños, personas con un sistema inmunológico deficiente y ancianos.
La vacunación se realiza en 4 dosis, inicialmente se administran a los niños a los 2, 4 y 6 meses de edad, la cuarta dosis a modo de refuerzo se debe poner cuando los bebés tienen entre 12 y 15 meses de edad.
Vacuna contra el sarampión, rubeola y parotiditis
Esta vacuna triple vírica actúa contra el sarampión, enfermedad de carácter infeccioso que provoca erupciones cutáneas similares a las que producen enfermedades como la varicela o la rubeola. Los signos que delatan la presencia de la enfermedad son unas manchas cutáneas de color rojo, debilidad y fiebre, dependiendo del grado de afección puede provocar una inflamación en los pulmones y el cerebro, en este caso la vida del niño puede estar amenazada. Su periodo de gestación varía entre los 4 y 12 días, en este espacio de tiempo los síntomas no se muestran, sin embargo, el riesgo de contagio es muy elevado.
La rubeola es una enfermedad infecciosa causada por el virus de la rubeola, afecta especialmente a los niños y no es una enfermedad grave, salvo en el caso de embarazo, si la madre padece esta enfermedad es una grave amenaza para el feto, de hecho, puede provocar un aborto espontáneo en un 20% de los casos. Lo más característico es la aparición de erupciones en la piel que son causadas por la inflamación de glándulas, estas erupciones se mantienen durante tres días y se acompañan de fiebre.
Hablando de nuevo sobre el embarazo, los virus se transmiten por vía respiratoria y aparecen en la sangre al cabo de una semana, dispersándose por todo el cuerpo. Los virus son capaces de traspasar la placenta, infectar al futuro bebé y detener la multiplicación de células que facilitan su desarrollo, la consecuencia de ello es la muerte fetal. Al no existir tratamiento específico, la vacuna es una poderosa arma para poder evitar la enfermedad.
La parotiditis, conocida popularmente como paperas, es una enfermedad contagiosa que afecta a las glándulas salivares, especialmente se da en niños y adolescentes, y superar la enfermedad ofrece inmunidad de por vida, pero lo mejor es prevenirla con la vacuna. Esta enfermedad no es exclusiva de las glándulas salivares, también puede afectar a otras glándulas del cuerpo, a los testículos y al sistema nervioso central, si la enfermedad se complica puede derivar en meningitis, si afecta a los testículos puede provocar infertilidad. Antaño esta enfermedad tenía un carácter endémico y afectaba a todo el mundo, especialmente a los niños con edades comprendidas entre los 2 y los 15 años, pero gracias a la vacuna su incidencia ha caído drásticamente. Su transmisión se produce por el contacto de las gotas de saliva en suspensión en el aire, también puede propagarse a través de la orina pero en menor medida.
La vacuna contra al sarampión, rubeola y parotiditis se aplica en dos dosis, la primera se administra a los bebés de 12 meses de edad, posteriormente y como refuerzo, la segunda dosis se administra a los 2 años de edad.
Vacuna contra el virus del papiloma humano
El virus del papiloma humano es una de las enfermedades más comunes de transmisión sexual, la causan diversos virus que pertenecen a la familia de los Papillomaviriade, familia de virus (100 especies diferentes) relacionada con enfermedades oncológicas. Dependiendo del tipo de virus su grado de afección es menor o mayor, pueden provocar desde la aparición de verrugas hasta causar un daño estructural del organismo que la padece. Los riesgos más graves, especialmente cuando la enfermedad persiste, son el desarrollo de lesiones precancerosas en el cérvix o cuello uterino que puede terminar en un cáncer cervical invasivo. La mortalidad es elevada, especialmente en países con pocos recursos, gracias a la vacuna se ha podido prevenir la infección responsable de un 70% de los casos de cáncer cervical. La vacuna contra el virus del papiloma humano se administra a las niñas y en tres dosis entre los 11 y 12 años de edad.
Vacuna contra al rotavirus
Como sabemos, el rotavirus es una de las causas más comunes de diarrea grave en los recién nacidos y los niños pequeños, el virus está asociado a los casos de gastroenteritis y se transmite por vía oral-fecal, aunque también puede transmitirse a través del sistema respiratorio, el contacto al manipular objetos sucios o tocar una superficie sucia. Afecta especialmente a los niños y aunque tiene una fácil cura, es responsable de la muerte de 450.000 menores de 5 años en todo el mundo, a esto hay que sumar que contraen la enfermedad unos 2 millones de niños.
La gastroenteritis puede ser leve o grave, se caracteriza por la aparición de diarrea acuosa, vómitos y fiebre moderada, cuando un niño es contagiado, los síntomas no aparecen hasta los dos días (periodo de incubación). Uno de los daños más significativos es la deshidratación. La diarrea es causada por la actividad del virus que provoca la destrucción de las células intestinales responsables de la absorción del agua. En el caso de padecer la enfermedad, el tratamiento consiste en gestionar correctamente los síntomas y mantener la hidratación de los pequeños, ya que podrían morir por una grave deshidratación. Para evitar problemas, lo mejor es administrar la vacuna.
Los expertos recomiendan administrar 3 dosis de la vacuna contra el rotavirus, a los 2, 4 y 6 meses de edad, la pauta marcada se inicia entre las 6 y 12 semanas de vida y finaliza a las 32 semanas.
Vacuna contra la varicela
La varicela es una enfermedad infecciosa que se caracteriza por la aparición de erupciones en la piel en forma de vesículas similares a granitos rodeados por un halo rojo, está causada por el virus de la varicela zóster y es una enfermedad habitual en la infancia. Se considera de incidencia leve, cuya duración es de unos 7 días.
Esta enfermedad afecta en cualquier época del año, aunque tiene algo más de incidencia en invierno y primavera. El virus se transmite por contacto directo y por las vías aéreas, a través de la tos y los estornudos. Tiene un largo periodo de incubación que puede extenderse hasta las tres semanas antes de que aparezcan los síntomas, en lo que respecta al riesgo de contagio, es elevado dos días antes de que aparezcan las erupciones.
La infección viral causada por un herpesvirus y su naturaleza contagiosa ha provocado en varias ocasiones epidemias, especialmente en los colegios. Como decíamos, el signo más característico es la aparición de las erupciones en la piel, éstas se convierten en vesículas llenas de líquido y posteriormente se resecan formando costras. Hay que controlar el deseo de rascarse porque se pueden provocar pequeñas lesiones en la piel, otros síntomas asociados son el dolor de cabeza, fiebre y un malestar general, también se reduce el apetito y se producen vómitos, estos síntomas aparecen en el primer estadio de la enfermedad. La varicela se puede superar fácilmente con el tratamiento adecuado.
Una solución para evitar esta enfermedad es la vacuna contra la varicela, los expertos recomiendan 2 dosis, la primera debe administrarse a los bebés a los 12 meses de edad y la segunda a los 2 años de edad. En pacientes más susceptibles que no están en los rangos de edad indicados, la vacuna de la varicela se administra también en 2 dosis pero con un intervalo de un mes.
Vacuna antigripal
La gripe es una enfermedad muy común de carácter infeccioso que afecta a las vías respiratorias, inicialmente parece un resfriado y le acompañan síntomas como el dolor de garganta, debilidad generalizada, dolor de estómago y de cabeza, tos seca y fiebre. Su complicación deriva en una pulmonía, por lo que se puede convertir en una enfermedad mortal especialmente si afecta a niños pequeños o personas mayores. La gripe es causada por diferentes tipos de virus, dependiendo del tipo de virus también puede afectar al estómago, los síntomas se parecen a la gastroenteritis y provoca náuseas y vómitos.
Es una enfermedad contagiosa que se transmite a través de la tos y los estornudos, las microscópicas gotitas de saliva están cargadas de patógenos que infectan a las personas que respiran las gotas. Dado su radio de acción y contagio, cada año se realizan campañas de vacunación que tratan las tres cepas más comunes. En el caso de los bebés, al tener un sistema inmunológico más débil, se les debe vacunar para prevenir la aparición de la enfermedad, como sabemos, un simple resfriado ya es muy molesto para los pequeños.
La vacuna antigripal se administra anualmente en pacientes con factores de riesgo y a quienes viven con ellos. Entre los 6 meses de edad y los 11/12 años de edad se administran dos dosis la primera vez que reciben la vacuna y en un intervalo de un mes, posteriormente se aplica cada año una sola dosis.
Vacuna contra la hepatitis A
La hepatitis A es una enfermedad infecciosa que se caracteriza por la inflamación del hígado en la mayoría de los casos, no es crónica y no causa daños permanentes como ocurre con la hepatitis B o C. Está causada por el virus hepatotropo y su transmisión se produce a través de alimentos y agua contaminada por heces en la mayoría de casos. Como ya es habitual, son los niños y adolescentes la población de mayor riesgo, su periodo de incubación es de tres semanas y sus sintomas son variados, náuseas, fiebre, pérdida de apetito, prurito, dolor abdominal o deposiciones de color claro.
No existe un tratamiento específico contra la enfermedad, pero se supera con reposo durante su fase más aguda. Se suelen administrar fármacos que alivien los síntomas y la recuperación varía dependiendo de cada persona (estado de salud e historial médico). El único remedio para evitar esta enfermedad es la vacuna contra la hepatitis que confiere la debida protección contra el virus, los expertos recomiendan administrar 2 dosis de la vacuna contra la hepatitis A, a partir de los 12 meses de edad y hasta los 11-12 años de edad. Se recomienda especialmente si se debe viajar a países cuya endemicidad es elevada.
Posiblemente este calendario evolucione y varíe a medida que pasen los años, existen algunas incongruencias manifestadas por los pediatras, por ejemplo, en el caso del virus del papiloma humano (VPH), la vacuna en algunas comunidades se administraba a las niñas a los 13 años de edad, en el nuevo calendario de vacunas se ha adelantado a los 11-12 años, esa era la recomendación de los especialistas. Del tema del calendario de vacunaciones y de sus controversias seguiremos hablando en un próximo posts.
Enlace permanente:
Calendario de vacunas para la infancia y la adolescencia