Calentamiento global o Alteración climática global

El término popular “calentamiento global” es equívoco, afirma John Holdren:

Implica algo uniforme, gradual, sobre todo referido a la temperatura, y posiblemente benigno. Lo que está sucediendo con el clima global no es nada de eso. No es geográficamente uniforme. Es rápido comparado con los ritmos históricos del cambio climático, como también es rápido respecto a los tiempos de ajuste de los ecosistemas y de la sociedad humana. Está afectando a una gran variedad de fenómenos climáticos importantísimos además de la temperatura, incluyendo precipitaciones, humedad del aire y del suelo, patrones de circulación atmosféricos, tormentas, capas de nieve y hielo, corrientes marinas y surgencias. Y sus efectos sobre el bienestar humano son y sin duda seguirán siendo mucho más negativos que positivos. Una denominación más precisa, aunque engorrosa, sería “alteración climática global”.  

La “anomalía global” es el término usado por Hunter Lovins, cofundadora delRocky Mountain Institute, para explicar a la gente que el aumento de la temperatura media global (el calentamiento global) desencadenará de hecho toda clase de acontecimientos meteorológicos inusuales, desde periodos de calor insoportable y sequías en algunos lugares hasta más nevadas en otros, pasando por tormentas más violentas, inundaciones, aguaceros, incendios forestales y pérdidas de especies en otros sitios. El tiempo se volverá raro.

Hay que acostumbrarse: el tiempo puede parecer de ciencia ficción, pero la ciencia subyacente es muy real y convencional. Sólo hace falta un pequeño aumento en la temperatura media global para que el efecto en el clima sea enorme, porque lo que determina los vientos y sus patrones de circulación en la superficie terrestre son las diferencias de temperatura. Por tanto cuando se empieza a cambiar la temperatura media, se cambia la circulación del viento, y antes de que nos demos cuenta, habremos cambiado los monzones. Cuando la Tierra se calienta también cambian las tasas de evaporación, lo cual explica que tengamos aguaceros más intensos en ciertos lugares y periodos secos, más calurosos y sequías más largas en otros.

¿Cómo puede ser que tengamos a la vez los dos extremos, más lluvia y más sequías? A medida que las temperaturas medias suben y la Tierra se calienta, se produce más evaporación del suelo. De ahí que las regiones que ya son naturalmente secas tiendan a secarse más. Al mismo tiempo, esas mayores tasas de evaporación a causa del calentamiento global harán que haya más vapor de agua en la atmósfera, y por eso en aquellas zonas que están cerca de grandes extensiones de agua, o en aquellas donde la dinámica atmosférica ya favorece mayores niveles de precipitación, tenderá a llover más. Sabemos una cosa del ciclo hidrológico: la humedad que sube tiene que bajar, y donde más humedad sube, más baja. La precipitación total en todo el planeta probablemente aumentará, y también se espera que se incremente la cantidad de agua que caerá en cada tormenta, lo cual causará que se produzcan más riadas e inundaciones. Por eso el término, más bien amable, de “calentamiento global” no recoge todo el potencial destructivo de lo que nos espera.

Entonces, ¿dónde estamos, cuando entramos en la Era del Clima y la Energía? Estamos en un momento en que la gente piensa que el tiempo se ha vuelto loco, pero aún no piensa que se haya vuelto tan peligroso como para que debamos hacer lo que haga falta para controlar lo inevitable y evitar lo controlable. Debemos aguzar nuestra imaginación. Debemos entender que los límites del cambio son mucho más amplios que la media de las previsiones.

Fuente: CALIENTE, PLANA Y ABARROTADA por qué el mundo necesita una revolución verde   (THOMAS L. FRIEDMAN)