Revista Música
Sé que ando un poquito vago. Pero mi traslado y cambio de domicilio ha demorado poco, pero ocupado lo suficiente mi escaso tiempo libre. Y he cortado por donde era más fácil cortar. Después, el hecho de volver a ver a los payasos de costumbre de la política española que me duelen más que los portugueses, me obligaba a, si escribía, escribir sobre ellos. Y era cosa que no me apetecía. Hubiese hablado de la intención que tienen de prohibir los Tigretones y las Panteras Rosas; lo que, obviando el hecho de que fue lo primero que compré en el súper cuando llegué a Madrid (creo que eso me hace parcial), me resulta de una repugnancia intelectual supina. La manía de políticos iluminados y gestores sanitarios ahorradores de mezclar útil y agradable, consiguiendo aunar el objetivo de "educar" con sus preceptos a la población inferior e ignorante con el de evitar que suban las cuentas sanitarias, descontroladas -en sentido estricto- por otra parte.Yo que, además de fan de los dichos bollitos desde que yo mismo era un bollito infante, defiendo el derecho a fumar, beber, drogarse o suicidarse con Phoskitos, si el sujeto lo desea y no molesta a nadie. O concretamente, si no me molesta a mí.En fin, pasando del asunto, vamos a poner hoy un poco de música. Un grupo del que oímos mucho y sabemos poco. Porque aparece por todas partes: en películas, anuncios, radios... pero casi nadie los conoce lo suficiente como para comprar un disco. Y son músicos como la copa de un pino.Los Calexico son un grupo de Tucson, Arizona (sí, Ferrán, donde Jojo) dedicado al folk del sur de EEUU, el TexMex, la música norteña, el Rock y el Mariachi. Y lo hacen con excelencia y con profundidad y sentido en las letras. Una buena manera de lo que se puede hacer cuando se tiene una frontera al lado. Y no pegar tiros. Que os gusten.