La leyenda la sitúa el pueblo de la calle Cabezas, donde se abre un estrecho callejón que tiene 7 arquillos y que está protegido por una verja. Una lápida en la pared afirma que: "Dos insignes historiadores cordobeses, Aben Hayan, Ambrosio Morales y un cantar de gesta castellano nos dice que en el año 974 en esta casa estuvo preso Don Gustio González y que las cabezas de sus hijos de los siete infantes de Lara muertos en los campos de Soria, fueron expuestos en estos arcos".


