A pesar de ser considerado uno de los padres del género negro, Leó Malet no cuenta con tantísima fama en nuestro país como puedan tener Chandler o Hammet. Sin embargo, ahora tenemos la oportunidad de tirarnos a la piscina con una nueva saga, que de nueva tiene poco, protagonizada por el inspector Nestor Burna y que está ambientada en Francia durante los años de ocupación alemana.
Calle de la Estación, 120 es el primer libro de la saga de este inspector socarrón, al que he acompañado en sus pesquisas para desvelar el misterio que se ocultaba tras una dirección que llegó a sus oídos en dos ocasiones. Una, de boca de un preso antes de morir en un campo de concentración. Otra, de un compañero en una estación de tren que, acto seguido, también perdió la vida.
La novela cumple con absolutamente todos los requisitos del género negro. Tiene intriga y es absorbente, aunque tal vez es muy corta y la tensión no es demasiado elástica. Vamos, que se te acaba en nada y no tienen esa sensación de que lo has devorado hasta que los antrebazos te duelen del peso.
Creo que en los próximos meses vendrán más historias de Burma. Si os gusta el género, os las recomiendo para pequeños espacios de tiempo.