Además de ser un foco de moda en el centro de Madrid,
la calle Fuencarral y sus aledaños
siguen manteniendo la solera de tiempos pasados:
antiguas puertas de acceso a los edificios,
llamadores antiguos,
(algunos arrancados por quién sabe quién),
fachadas históricas...
Me encanta pasear por esta calle,
entre neones, graffitis y puertas señoriales.