Revista Deportes

Calvo, sin espada y sin alma

Por Antoniodiaz
José Calvo, `El Pasmo de Valencia´. Foto: Manolo Moreno
Plaza de toros de Valencia. Feria de Fallas. Segunda de abono. Menos de media entrada. Toros de Adolfo Martín para El Califa, José Luis Moreno y José Calvo.
Los toros de Adolfo, con los cinco años cumplidos y alguno casi los seis, resultaron estar vacíos por dentro, huecos de bravura, sin codicia ni fuelle. Porque por fuera estaban escurridos de carnes, con sus culos de pollo, algunos mal presentados y todos ellos tapados por las caras. Dista mucho esta ganadería de volver a ser lo que fue. Como bien reza en la lista negra: no te puedes pasar echándole agua al vino. Sus toros hoy los mataría hasta José Tomás.
El Califa se topó con un lote agrio, huelga decir que tampoco eran las alimañas que nos han pintado en algunos sitios. Con los Prieto de varilargueros es todo un poco más complicado. Al primero, le dieron tres puyazos casi en el rabo. Ni rectificar, ni gaitas, habiéndo acertado en lo negro la misión está cumplida. Algunas dudas en El Califa, que por momentos parecía nuevo en estos tipos de corrida, y cuyo principal error fue querer torear bajo los cánones actuales del toro comercial: la muleta a la derecha y a pegar unas cuantas docenas de pases. Debió de meterse con él, castigarle los costados, poderle y matar por arriba. Con el cuarto, al que le faltaban unos meses para cumplir los seis años, se repitió la historia, puyazos paletilleros, toro guasón parado y trasteo erróneo.
José Luis Moreno dejó en el segundo los mejores destellos de la tarde. No se puede hacer más con menos. Amor propio, ganas de agradar y un sentido muy clásico del toreo hace del cordobés uno de los diestros más apetecibles del escalafón. Con el quinto tampoco tuvo opciones y la faena terminó diluyéndose entre enganchones y topetazos. Sigue sumando. Canorea debería de tenerlo apuntado como el primero en la lista para una posible sustitución en Sevilla. ¡Qué menos, Don Eduardo!
A José Calvo le tocó el lote de la tarde, y posiblemente el que le hubiera permitido tomar algo de oxígeno en su carrera, pero se lo dejó ir. El primer adolfo era un bollito dulce, noblón y suavón a más no poder, un juanpedro metido en la piel de un Albaserrada. Algunos medios muletazos sueltos, unos detallitos y poco más. Lo que le sobró ayer al novillero Arévalo le faltó hoy a éste torero, trece años de alternativa, que ésta tarde ha contemplado, como las vacas que ven pasar el tren, como se le han ido tres o cuatro orejas en plaza de primera, con la televisión delante y con un equipo de palmeros dispuesto a jalearle lo que sea. Con la espada, más inocente que el 28 de Diciembre. En su segundo, otro borriquito almibarado, estuvo aún peor si cabe. Sin planteamiento de faena, sin seguridad y con un desdén más propio de una figura en plaza de tercera allá por septiembre. Reloj en mano, el torezno se debió de ir vivo a corrales, pero supongo que no es cuestión hacerle el feo a un paisano.
Mañana, el Festival de la OTI, con toros (¿?) de Valdefresno para el francés Juan Bautista, el mexicano Arturo Macías y el español Miguel Tendero.

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