Son la camada lusa más recordada de la historia. A fuerza de resultados y eficacia, se convirtieron en la primera selección juvenil europea en lograr un bicampeonato mundial, en un camino que se inició en 1989 en Arabia Saudita, y tuvo su punto cúlmine en condición de local, en 1991.
Había buen material. Los jóvenes João Pinto, Figo, Rui Costa, Fernando Couto hacían ilusionar a los rojos, Carlos Queiroz le dio forma al equipo y los éxitos no tardaron en llegar.
Como señalan los libros de fútbol, el equipo se arma de atrás para adelante. Y sobre ese axioma se apoyó Queiroz para establecer el dominio luso en los mundiales ’89 y ’91. Entre todos los partidos de ambas competencias, los portugueses sólo recibieron cuatro goles (tres de ellos en un mismo partido, en la única derrota sufrida en esta ápoca).

El inicio de la época dorada fue en Arabia Saudita 1989. Portugal se adjudicó el primer Campeonato Mundial Juvenil de la historia, con Valido como batallador líder en defensa –en el banco se sentaba Fernando Couto, segundo jugador con más presencias en la historia de la selección mayor- y con Jorge Couto, Amaral y João Pinto, la joven promesa de 17 años, como trío de atacantes.
El equipo no se caracterizó por su brillo futbolístico. De hecho, el amplio favorito para ganar este certamen era Brasil, que, tras eliminar a la Argentina de Tito Bonano y el Cholo Simeone, chocó en semifinales con la solvencia lusa.
Seis partidos jugaron en tierras arábicas. Cuatro los ganó 1 a 0, uno lo perdió 3 a 0 y el restante, la final ante Nigeria, se impuso 2 a 0. Con sólo seis tantos a favor, fue el campeón que menos goles anotó en la historia del Campeonato Mundial Juvenil de la FIFA.

De locales, los portugueses hicieron gala del talento juvenil y se llevaron el certamen con mejores argumentos futbolísticos. En esta ocasión, Queiroz le agregó buen juego al rusticismo defensivo, aprovechando al máximo la capacidad de creación de juego de Figo y Rui Costa.
Emílio Peixe y Jorge Costa se encargaban del trabajo sucio. Y mal no les fue, ya que su equipo mantuvo la valla invicta en la fase de grupos y sólo recibió un gol en el campeonato, en cuartos de final ante México.
