Revista América Latina
Hasta hace poco hablar de Lunahuaná era sinónimo de deporte de aventura. Ahora es mucho más, incluso una parada gastronómica obligatoria, debido a la gran riqueza natural y diversidad de productos que tiene el valle cañetano.Los camarones de Lunahuaná quieren estar en las pizzas. Desde hace un mes, Mariela Zapata Sánchez, chef egresada de la escuela de gastronomía Tecnocentro de San Vicente de Cañete, les da el gusto y enriquece la pasta mediterránea con unas deliciosas colitas de camarón del río Cañete.Cada pizza tiene treinta centímetros de diámetro y está elaborada con masa fina y delgada, junto con deliciosas colas de camarón; provocando el éxtasis entre los visitantes que llegan a capital turística de Cañete.Esta oferta gastronómica que se adapta a un fenómeno irreversible en el país, gracias a su gente y a su gran riqueza natural, la encontramos en la Plaza de Armas en el stand “Checos”.