Como todos tomamos nuestras decisiones muy en serio, adoptar esta actitud requiere un cambio importante.
Puedes empezar hoy con un sencillo ejercicio. Siéntate unos minutos y evalúa algunas de las elecciones más importantes hechas a lo largo de los años. Toma una hoja de papel y traza dos columnas encabezadas así: “Buena elección” y “Mala elección”.En cada columna escribe al menos cinco elecciones relacionadas con los momentos que consideres más memorables y decisivos de tu vida hasta ahora. Probablemente empezarás con los momentos decisivos que compartimos casi todas las personas (la relación importante que se vino abajo, el empleo que rechazaste o que no obtuviste, la decisión de elegir una profesión), pero asegúrate de incluir elecciones privadas que sólo tú conoces (la pelea de la que huiste, la persona que no te atreviste a confrontar, el momento de valor cuando venciste un temor profundo).
Cuando tengas tu lista, piensa en una cosa buena que haya resultado de malas elecciones y una cosa mala que haya resultado de elecciones buenas. Este ejercicio permite desechar etiquetas y entrar en contacto con la flexibilidad real de la vida. Si prestas atención, comprobarás que no sólo una sino muchas cosas buenas resultaron de malas decisiones, mientras que muchas cosas malas están enmarañadas en decisiones buenas. Por ejemplo, puedes tener un empleo maravilloso pero estar involucrado en una relación terrible en el trabajo, o haber chocado tu auto mientras te dirigías a él. Puedes estar feliz de ser madre pero saber que ello restringe drásticamente tu libertad personal. Puedes ser soltero y estar muy satisfecho de todo lo obtenido por ti mismo, pero también te has perdido del crecimiento que resulta de estar casado con alguien a quien amas profundamente.
Ninguna de las decisiones que has tomado te lleva en línea recta adonde estás ahora. Echaste un vistazo a algunos caminos y avanzaste algunos pasos antes de dar marcha atrás.
Seguiste algunos caminos sin salida y otros que se perdieron luego de muchas intersecciones. En última instancia, todos están conectados con los demás. Libérate de la idea de que tu vida consiste en elecciones buenas y malas que conducen tu destino en línea recta. Tu vida es producto de tu conciencia. Toda elección deriva de esto, así como todo paso hacia el crecimiento.
El libro de los secretos- Deepak Chopra