Como consumidora responsable profesional estoy acostumbrada a buscar alternativas sostenibles y a evaluar productos y empresas bajo criterios medioambientales y sociales. Y mientras a nivel teórico entiendo que hay limitaciones prácticas para realizar un producto 100% sostenible, no había tenido la oportunidad de experimentarlo en mi propia piel. Hasta que, por accidente, diseñé un producto.
La productividad y el minimalismo inspiran la creatividad
Hace unos meses cambié mi ordenador portátil por un iPad y un teclado inalámbrico (bajo el concepto minimalista de “entra uno – sale uno”). Con la ayuda del teclado convertí el iPad2 en mi pequeña oficina móvil. La pantalla pequeña es perfecta para concentrarse en una tarea a la vez y el teclado me permite trabajar con la misma velocidad, porque los accesos directo siguen siendo las mismos que en el ordenador. Solo faltaba un detalle: quería un accesorio que protegiera el teclado durante mis trayectos y que además uniera el iPad al teclado para tranquilizar mi paranoia urbana (de que alguien me pudiera arrancar el iPad mientras estoy escribiendo en el teclado).
Busqué soluciones pero no encontré nada que se ajustara a mis expectativas. Así que con unos restos de tela y la máquina de costura de mi amiga puse manos a la obra para desarrollar mi propia solución. Todavía no pensé en grande: yo quería una solución para mi propio problema.
¿Será que mi problema no es único?
Utilizando el prototipo en público cada dos por tres alguien me preguntó dónde podía conseguir este accesorio. Me fije en la cantidad de gente que utilizaba el iPad con un teclado. Así que no fui el único genio que quería un iPad para jugar, y también para trabajar. Fue ese día cuando decidí contactar a alguien que sabe de producción de productos en tela: la asociación Estel Tápia.
El mundo al revés: quiero que sea sostenible
Al involucrar Estel Tápia ya había hecho mi primer paso hacia un producto sostenible: la producción se hará en este taller de reinserción social y no en un taller de costura cualquiera. Durante su producción, mi producto dará una segunda oportunidad a personas en situación de exclusión social. Y después de la venta ayudará al usuario a convertir su iPad en una central de productividad.
¿Qué es más importante: la persona o el medio ambiente?
Después de más de 20 prototipos, pruebas de tejidos y especificaciones técnicas, nació la eCoberta: una funda protectora para el iPad2 y el teclado inalámbrico. Llegó el momento de escoger las telas para la primera colección. Gracias a Estel Tápia he podido escoger en gran parte telas que provienen de excesos de empresas textiles. Así que por el momento la eCoberta se fabrica con telas recicladas. En un futuro me gustaría incluir una gama hecha a base de telas orgánicas, siempre que pueda mantener mi compromiso con el desarrollo social que promueve Estel Tápia.
Ilusión, nervios y la seguridad de haber hecho lo correcto
Hoy abre oficialmente la tienda eCoberta en la página web http://eCoberta.com con una primera colección de tres modelos limitados. Sí, estoy nerviosa (que pasa si a nadie le gusta?), sí, tengo los nervios a flor de piel (¿cuándo fue la última vez que dormí más de 4 horas?), y a la vez estoy súper feliz: porque este producto podrá cambiar la vida de mucha gente. A ti te puede hacer más productivo, a los costureros y costureras les dará una segunda oportunidad.
¡Ojo! Los modelos son limitados. Más vale que reserves tu modelo preferido hoy mismo, ya sea para ti o como regalo justo para los geeks en tu familia.
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