A lo largo de la vida las prioridades van cambiando. Las cosas que son importantes para mí ahora no lo eran hace 5 años ni por casualidad, creo que no hay casi nada que conserve como un must actualmente que se corresponda con lo que creía y quería antes.
Gracias a Dios o al universo que vamos evolucionando, antes pensaba que las cosas que hacian las personas que me rodeaban eran las que te llevaban por el camino correcto, que había que emplearse en una empresa, pagar un alquiler aunque sea en una ciudad que no me gustaba porque era “mas barata para vivir”, y seguir el ejemplo de otros seres que tenian tanto o mas miedo que yo. Antes de tomar una desicion investigaba a ver cuanta gente había fracasado y cuantos lo habían logrado, y depués decidía si las cosas que quería eran viables o no.
Por “suerte” pasaron los años, pasaron cosas feas y cosas muy lindas, y el tiempo me dio que aprender. Me dí cuenta que no siempre es un requisito aprender de los demás, en realidad sí lo es, pero que hay que elegir de quien tomar los ejemplos, de las personas que creyeron en sus deseos, que los supieron formular, poner en voz alta, trazaron su propio planning y “echaron p`lante”.
Tambien supe que cambiar de opinion es sano, que no vale el “ahh no era que vos decias que tal cosa….”. Si, vale, antes decía eso, pero ahora digo y pienso esta otra. Punto pelota. Estamos costumbrados a tener una idea y pareciera que si uno la cambia esta cometiendo algún tipo de infracción. Que tontería, que regla mas insana que nos hemos auto-impuesto.
Cambiar de opinión es sano, es lo que nos hace vivir, elegir como pasar el día a día, pensar que un trabajo ya no nos gusta no es malo, es crecimiento, aceptar que una pareja ya nos nos hace felices es tener coraje de ser sincero con uno mismo, decidir querer tener o no querer tener hijos también. Lo mejor que podemos hacer es ser honestos con nosotros mismos. porque el entorno puede darte muchas cosas, pero la persona que va a estar el resto de tu vida a tu lado va a ser tu propio yo.