Revista Diario

Cambio de guardería

Por Mamaenalemania
Hasta que mi hijo cumplió 2 años estuvimos viviendo en Berlín.
Cuando cumplió 1 año, le llevé a una guardería que estaba a escasos 200 metros de mi casa: 8 niños de entre 1 y 4 años, 2 educadoras, desayuno y comida (hecho por ellas mismas), clases de música una vez a la semana, de 8:00 a 17:00 y por 48 euros al mes (por las clases de música y la comida, sino hubiesen sido unos 15 euros o así, teniendo en cuenta que se paga según recursos y por aquel entonces no nos habíamos casado todavía, así que contaba yo como madre soltera y además estaba estudiando, por lo que no tenía ingresos propios). Precisamente por estar estudiando todavía y tener horarios muy flexibles (menos cuando tenía que entregar trabajos o preparar exámenes, pero ahí mandaba al niño con mis padres unos días), sólo llevaba al niño a la guardería hasta después de comer (o sea hasta las 13:00 más o menos) y por las tardes me quedaba sola con él (mi por aquel entonces sólo novio llegaba a casa tardecito).
El caso es que cuando nos vinimos al mierdapueblo pensé que sería lo mismo en tema guarderías, pero no. En la que hay en el pueblo sólo pueden ir a partir de los 3 años pero en la del pueblo de al lado (hay que ir en coche) los cogen con 2 años. Como el niño tenía 2 justitos cuando llegamos, le mandé sin dudar a la del pueblo de al lado porque esperarme 1 año con el niño ultraactivo y ultrasociable que tengo solos en casa, en invierno, sin conocer a nadie (y yo además tenía que escribir mi tesina) pues como que no. Reconozco que me sentí bastante frustrada (y lo sigo estando) sobre el funcionamiento de las guarderías por esta parte de Alemania (o sea, por toda la parte occidental): son dos grupos de 25 niños más o menos cada uno, con 2 educadoras por grupo, de 8:00 a 12:00, sin comida, el segundo desayuno lo tienen que llevar ellos y me cuesta la gracia 94 euros al mes (ahora, como tengo un menor de 3 años en casa, me lo han bajado a 70, por eso de que en el fondo te puedes quedar con el niño en casa hasta que cumpla 6 y empiece el cole y muchas madres con varios hijos optan por eso).
El caso es que yo llevé a mi hijo a la guardería del pueblo de al lado. Las instalaciones están bastante bien y las educadoras me gustan mucho. Como al principio no conocía a nadie aquí (y no es que ellos facilitasen acercamientos, todo hay que decirlo), no sabía qué tipo de gente es “normal” (de pueblo alemán, pero normal al fin y al cabo) y qué tipo de gente no lo es. Yo lo veía a todos iguales, la verdad.
Hasta que, pasados unos meses, me empecé a desesperar un poco: no podía entender, cómo de 25 niños que había en el grupo de mi hijo, me gustaban 2 nada más (uno de ellos Yusuf, extranjero, y otro cuya madre trabaja y por tanto es considerada mala madre por estos lares y excluida de mala manera). Hablando un día con la madre de Yusuf y mostrándole mi indignación por el vacío que me hacían las demás madres (sobre todo las que tienen hijos en el otro grupo), me dijo esta: “No te has dado cuenta de que TODOS los extranjeros están en un solo grupo?”… Y entonces me di cuenta, claro, no sólo de eso, sino de que aparte de los extranjeros, en el grupo en el que está mi hijo, están todos los Assis (Asociales, los que viven del Harz IV, o sea, ayudas sociales: gente que no trabaja porque no les da la real gana, que tienen hijos para recibir más dinero del estado y que llevan un estilo de vida y educan a sus hijos de una manera que deja bastante que desear). El otro grupo, en cambio, es “puro”.
Esto, por supuesto, me indignó, cabreó, sulfuró y finalmente convenció para cambiar al niño de guardería. Ahora que ya tiene 3 años (y medio), puede ir a la del pueblo, en la que también hay Assis y extranjeros (él el primero, claro), pero eso en sí no me molesta: Lo que me molesta, y mucho, es que mi hijo esté rodeado sólo de gente así (de Assis, no de extranjeros) y acabe pensando que eso es lo normal y que en casa somos raritos porque no le tenemos todo el día delante de la tele (viendo Talk Shows), no hay McDonalds 4 veces por semana (de hecho no hay nunca, pero bueno), no me gusta que juegue a disparar (no me refiero a jugar en plan indios y vaqueros, sino a que hacen como que tienen una pistola y disparan a todo el que ven por delante, así por las buenas), no se puede masticar con la boca abierta, no se pueden decir palabrotas…etc. Y es que cada comportamiento “extraño” que repite en casa lo aprende de estos niños.
Así que, en vista de que en Noviembre seremos familia numerosa y mi temporada de ama de casa se tiene que ampliar de todas formas, he apuntado a mi hijo a la guardería de mi mierdapueblo a partir de Septiembre: Cuesta lo mismo y los horarios son igual de estupendos si una decide que quiere trabajar (que lo quiero, en algún momento), pero por lo menos hay de todo y los grupos están mezclados (y hay menos Assis porque casi todos, incluidos los de mi mierdapueblo, están en la del al lado).
Además y para rematar la faena, se ha mudado al pueblo una mujer normal, de ciudad, con 2 niños pequeños (que me abordó por la calle un día, en plan he-visto-por-cómo-vas-vestida-que-tú-no-eres-de-aquí-menos-mal) y su hijo mayor tiene la edad del mío. Va a la guardería del pueblo, claro, y hablando con ella, hemos conseguido que metan a mi hijo en el mismo grupo. Así que dentro de unos meses (a la vuelta del verano) mi hijo irá a una guardería con niños más o menos normales y yo he conseguido a alguien con quien poder mantener conversaciones reales sobre maternidad (porque aquí, no sólo está mal visto trabajar si tienes hijos, aunque sea a media jornada, sino que cuídate mucho de decir que planchar, lavar, cocinar, limpiar, no dormir y demás no es justo lo que has querido hacer toda tu vida y que tienes otras inquietudes aparte de ser ama de casa y devota esposa, aunque sea leer o el cine).

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