Esta mañana no escuché el alarma. El sonido del móvil en la cocina era tan bajito que ni mi perro se enteró y por culpa (?) del cambio horario del fin de semana mi reloj interno tampoco me alertó. Tuve que dejar la meditación más tarde, porque apenas me dio tiempo para mis 7 min de ejercicio matutino antes de salir corriendo por la puerta.
En el camino al despacho mi pareja se rió de mi mala cara. ¡Odio es sensación de que alguien me ha robado mi mañana! ¡Especialmente cuando este alguien he sido yo!
No soy perfecta (por eso creo sistemas)
Nadie se salva del cambio horario, así que seguramente no soy la única que vio sus hábitos matutinos (o nocturnos) afectados. Y el próximo reto está a la vuelta de la esquina: los festivos de semana santa con sus viajes, excursiones o vacaciones planificadas suelen interrumpir cualquier intento de crear un hábito consistente.
Te puedes enfadar por ello o puedes aceptarlo como parte de la vida. Por mucha planificación que hagas, siempre surgirán “cosas” inesperadas. El truco está en incluir estas sorpresas dentro de tu día a día. No sabes qué va surgir, pero sabes que algo surgirá.
¿Cómo te puedes preparar para ello?
No me defino por mis fracasos (aunque a veces cueste)
En mi aplicación de seguimiento veo que el último día que no he meditado fue hace 119 días. Enfadarme hoy por no haber meditado por la mañana por lo tanto es absurdo. Tengo datos irrefutables de que sí medito regularmente. Quizás esta mañana no ha sido tan tranquila como de costumbre. Sin embargo,todavía me queda medio día por delante para meditar en otro momento (y no interrumpir la serie).
¿Hubiera sido mejor levantarme a la hora de siempre? Seguramente. ¿Por eso voy a tirar por la borda ese hábito? ¡Claro que no!
Es muy fácil perder de vista el panorama más amplio cuando los emociones se apoderan de tus exigencias. Por eso me gusta tanto medir mis avances y dejar constancia de mis lecciones aprendidas: así mi cerebro no me puede venir con acusaciones infundadas en momentos de dudas.
Los nuevos inicios son oportunidades
El cambio de horario, un viaje, una mudanza, un cambio de lugar de trabajo, todos estos acontecimientos puede interrumpir tu rutina y poner a prueba tus hábitos. Los puedo interpretar como amenaza o como experimentos: ¿qué tan robustos son tus hábitos? ¿Cuáles requieren un poco más de refuerzo? ¿Dónde puedes mejorar tu sistema para que tu hábitos se pueda formar a prueba de todas estas interrupciones? Yo desde luego ya sé que volveré de casa de mis padres con un despertador tradicional, que ya no me fío de la voz sutil de mi móvil.
Si quieres aprender mi sistema de creación de hábitos, no te pierdes el próximo curso de hábitos: te acompañaré en el proceso de crear (o cambiar) un hábito de tu elección con un sistema probado que se ajustará a tus necesidades. Más información aquí: Hábitos para el Éxito.
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