Estamos en época de grandes cambios. Desde que hace 5 años la coalición Fidesz-KDNP llegase al poder con mayoría absoluta electoral, prácticamente ha cambiado todo lo que había en este país. Desde luego que casi todo necesitaba cambiar, de eso no hay duda. El cómo han hecho estos cambios, si bien o mal, es ya es otro tema, y depende del medio o de la persona que los refleje, unos estarán más de acuerdo y otros menos, y seguramente todos tengan un poco de razón.
Cambió el nombre oficial del país, de República Húngara a Hungría (en húngaro, de Magyar Köztársaság a Magyarország). Cambió la constitución. Cambió el diseño de los billetes de forint (los de euro no llegarán hasta dentro de bastantes años). Cambiaron muchísimas leyes. Cambiaron los horarios comerciales. Cambiaron nombres de plazas y aeropuertos (la mayoría por nombres mucho más patrióticos, como el aeropuerto de Budapest, que pasó de Ferihegy, que significa algo así como "Monte Paco", a Liszt Ferenc, famoso compositor austrohúngaro de familia germana, o la plaza Moscú de Budapest, Moszkvá tér, a Széll Kálmán tér, nombre de un antiguo dirigente húngaro).
Como no podía ser de otra manera, ahora le tocaba el turno a la televisión pública húngara, la Magyar Televizió, abreviado como MTV (cosa que hace gracia a los extranjeros debido al popular canal musical americano, creado mucho después que le televisión húngara). Yo nunca he sido un gran aficionado de la tele, recuerdo haber visto hace años las típicas series (cuando no había internet de banda ancha) y poco más, cada vez los contenidos eran de peor calidad y ello me hizo perder mucho interés, y desde luego que al llegar a Hungría familiarizarme con la llamada "caja tonta" no fue mi mayor pasión. Tan solo tuve televisión un año, y apenas lo utilicé ya que por esas fechas no hablaba apenas húngaro. No obstante este año he vuelto a conseguir un televisor y he comenzado a cotillear más a fondo, sobre todo porque estoy más familiarizado con el idioma, aunque también por curiosidad.
El caso es que el gobierno encabezado por Viktor Orbán ha remodelado totalmente los canales públicos. El canal generalista más popular del país, M1, ha pasado a ser exclusivamente de noticias, con diversos documentales y reportajes de actualidad a lo largo del día, intercalados con los telediarios y noticiarios, al estilo de la BBC británica, como ya hicieran países del entorno como Alemania o Polonia. Además, por primera vez se emite un telediario en lengua inglesa.
La segunda cadena, M2, rebautizada como M2 Petőfi (famoso poeta húngaro y héroe de la revolución de 1848), se ha especializado en programación infantil. Ello ha dado paso al canal Duna TV como la nueva cadena pública generalista húngara (asumiendo al antiguo rol de la M1), con series, debates, telediarios y demás programación variada. Para este verano se espera un nuevo canal público, el M4, que será deportivo. Se ha anunciado que emitirá la fórmula 1, la champions league y competiciones nacionales.
Logotipo del canal M1, a partir de ahora centrado exclusivamente en la actualidad.
Todo esto entró en vigor el pasado 15 de Marzo, aniversario festivo de la revolución contra Austria de 1848 y coincidiendo además con la entrada en vigor de los nuevos horarios comerciales. La anécdota fue que aquel primer día, anunciado a bombo y platillo, estuvo lleno de fallos técnicos y cortes en la emisión, lo que originó los pertinentes chistes y coletillas en todo el país. Una entrada triunfal, vamos.
El tema de remodelar la televisión pública es bastante sensible, ya que al estar en manos del gobierno y personas afines a él, no ha estado exento de polémica. Sobre todo los medios extranjeros y la oposición húngara hablaban de la creación del imperio mediático Orbán-Fidesz, precisamente en un momento clave, ya que las relaciones entre el primer ministro y Lajos Simicska (uno de los principales oligarcas del país, dueño de medios de comunicación y constructoras, que fue compañero de residencia de Orbán en su época universitaria y ambos fundadores de Fidesz) entraron en barrena por los nuevos impuestos a los medios de comunicación, lo que Simicska consideró una gran puñalada en la espalda y arremetió contra Orbán llegando a insultarlo públicamente y ordenando a todos sus empleados que buscaran y publicaran cualquier información perjudicial para el primer ministro húngaro de su pasado y presente. Empleados que dimitieron y fueron contratados por los medios públicos al día siguiente, por cierto. Ahora los nuevos canales del gobierno buscan la audiencia de los medios privados como los controlados por Simicska, que se han declarado abiertamente como "antifidesz" a raíz de los nuevos impuestos que les perjudican especialmente, ya que sus únicos ingresos son los publicitarios. Y es por esto que se habla de falta de libertad de expresión, aunque el término correcto sería competencia desleal, ya que la televisión pública sale claramente beneficiada.
En los canales públicos se emiten entrevistas a políticos de la oposición, como el otro día, donde el LMP (los verdes) decía que iba a denunciar a Fidesz por no cumplir sus promesas electorales. También suele aparecer Mesterházy, el líder de los socialistas, o Jobbik (la extrema derecha, que se ha convertido ya en la principal amenaza electoral para Fidesz), si bien suelen enfatizar las noticias favorables al gobierno. No es muy diferente a cualquier cadena pública de Europa occidental. Esto dista mucho de lo que publicaron algunos medios estadounidenses en internet, donde la imagen totalmente manipulada que dan de Hungría en general es la de una especie de dictadura bananera de la Europa pobre postcomunista, algo así como la película de Borat. Por ejemplo así reflejaba la noticia el budapest beacon, y no digo ya otro portal paradójicamente llamado Hungarian Free Press. La mayoría de los portales web "independientes" que publican en inglés sobre Hungría están financiadas por el gobierno de Estados Unidos, algo que suena conspiranoico pero que es una realidad y se puede comprobar investigando mínimamente en google. El motivo me temo que sea el de ciertos intereses ocultos en los que no ahondaré, pero sí que os recomiendo encarecidamente esta entrada del excelente blog Crónicas húngaras, escrita hace 3 años, y que sigue siendo perfectamente aplicable en la actualidad. Algo parecido puede aplicarse a los medios españoles, aunque en este caso me temo que detrás esté una profunda ignorancia sobre Hungría. El problema añadido de los medios en inglés es que suelen ser la única fuente de noticias para los que no hablan húngaro.
En cualquier caso, ya es crónico que la mayoría de los medios extranjeros (entre ellos, por supuesto, muchos españoles) califiquen o insinúen de régimen, fascista, dictadura y cosas por el estilo al gobierno de Fidesz, al que le tienen puesta una cruz desde hace mucho tiempo, hasta el punto de manipular las noticias sobre Hungría hasta límites insospechados. Que el gobierno húngaro es bastante autoritario poca gente lo pone en duda, precisamente fue uno de los motivos de su éxito electoral tras el desastre liberal-socialista anterior, y seguramente no es ni más ni menos autoritario que cualquier gobierno occidental con mayoría absoluta en el parlamento (por ejemplo el español). Puede gustar más o menos cómo gobierna (a mí no me gustan muchas de las cosas que hace, y desde luego no les votaría si tuviese derecho a voto), se le puede acusar de populista (seguramente con razón), tiene sus asuntos de corrupción (como cualquier otro partido), pero es totalmente legítimo y democrático, y el hecho de que controle, en mayor o menor medida, la televisión pública con el presunto objetivo de conseguir votos, es algo que ocurre en todos los países. Y para esto no es necesario remodelar la programación completamente, puede hacerse de forma más o menos encubierta.
Resumiendo, que no es tan diferente de otros gobiernos como nos quieren hacer creer. Claro que hacer cosas como tratar de controlar el banco central, poner impuestos a la banca privada y las multinacionales o hacer negocios con Putin ha puesto a mucha gente nerviosa. ¿Es este el verdadero motivo?
Termómetro "democrático" en Hungría: en la plaza frente al parlamento de Budapest, lugar por el que pasan miles de húngaros y turistas a diario, campamento contra el gobierno con carteles como "delete Viktor" o "Orbán takaradj", traducido como "eliminar a Viktor Orbán". ¿Alguien se imagina que esto pueda ocurrir en una dictadura?
Una de las principales razones para impulsar el noticiario en inglés de la televisión pública húngara que mencionaba antes, ha sido mejorar la imagen del país en el exterior, muy dañada por los medios. Dicho programa parece condicionado de entrada para ser difícilmente imparcial, pero al menos los que no hablan húngaro tendrán otro tipo de noticias, y no solamente las de los medios extranjeros, pudiéndose encontrar un punto intermedio si se acude a ambas fuentes. El noticiario (llamado angol nyelvű hírek, traducido como "noticias en lengua inglesa") se emite por la noche de 23.45 a 00.00 en el canal M1 y se repite al día siguiente en el canal Duna World de 10.05 a 10.20.
Como punto final, para relajar los ánimos, propongo un vídeo hecho por los geniales humoristas húngaros del grupo de stand-up comedy Dumaszínház, donde parodian los fallos técnicos de los primeros días de emisión y la supuesta manipulación de noticias por parte del gobierno, aliñado con la fama del bajo nivel de inglés que hay en Hungría. El resultado es genial:
Enlace: https://www.youtube.com/watch?v=E-oLrp3Q4Io