Revista Cine

Caminando entre las tumbas: género propio

Publicado el 09 noviembre 2014 por Juancarrasco @JuanCdlH

Caminando entre las tumbas: género propioOcurre que cuando se habla de determinados rostros conocidos del cine supone en sí la imagen mental de un género propio, tan reconocible como decir western, thriller, noir o comedia. Así ha ocurrido, ocurre y ocurrirá. Y así se asocia la definición, generalmente para mal y como señal de encasillamiento, pero con sus maravillosas excepciones que confirman la regla, a nombres como Jackie Chan, John Wayne, Alfredo Landa, Van Damme, Woody Allen, Steven Seagal, Bud Spencer y Terence Hill, Charles Chaplin; la mayor parte de las ocasiones asociados con la testosterona, las tortas o la adrenalina. Resulta pues especialmente llamativo que cuando los profesionales de la interpretación se acomodan en su imagen para la posteridad desde edad temprana o, por el contrario, se pasan la madurez buscando precisamente huir de este fenómeno, haya un actor como Liam Neeson que se haya especializado en esto de la acción con denominación de origen ya bastante entrado en añitos. El caso es que siendo cierto que en este caso supone más un reciclaje laboral que otra cosa, podemos enmarcar la cinta que nos atañe dentro del “liamnisismo” con bastantes reparos.

Caminando entre las tumbas, nombre poco atinado que le viene del libro en el que se basa la historia, es una cinta de clásico detective atormentado que ha sido policía, lo dejó por motivos contundentes y busca inconscientemente la redención, en este caso y entre otras formas con una creciente relación de amistad paternal con un muchacho negro de la calle. Una vez cincelado el personaje, dicho protagonista tiene que investigar brutales raptos en serie de chicas con posterior asesinato previo cobrar el rescate. Que ya que nos ponemos a no tener escrúpulos, se puede ser psicópata sin ser idiota. El irónico y original detalle es que las víctimas sean todas familiares de narcotraficantes, lo que le aporta cierta peligrosidad a la empresa.

La soltura tras la cámara del guionista/director (por ese orden) Scott Frank para resolver escenas impactantes, la ausencia de palabrería insustancial que suele lastrar a menudo el thriller y la interpretación con personalidad y convicción de Neeson ocultan ligerezas de la historia y sorprenden gratamente a un espectador que espera menos a priori. Como de igual manera sorprende asistir a la contundente forma del realizador de cerrarle el pico al malo en lo que se antoja de las mejores tomas de la película cuando están a punto de relatarnos con detalle el porqué de su conducta tan poco amistosa con el mundo (aplauso mental).

Resumimos el asunto diciendo que no siempre es una película lo que promete o parece, y algunas de esas veces, las menos, ello es para bien, por lo que no deberíamos dejar pasar la oportunidad.

Dirección: Scott Frank. Título original: A Walk Among The Tombstones. País: USA. Duración: 114 min. Género: thriller. Intérpretes: Liam Neeson (Matt Scudder), Boyd Holbrook (Peter Kristo), Dan Stevens (Kenny Kristo), Adam David Thompson (Albert), Ólafur Darri Ólafsson (Jonas), David Harbour (Ray), Eric Nelsen (Howie), Mark Consuelos (Reuben Quintana). Guión: Scott Frank; basado en la novela “Un paseo entre las tumbas”, de Lawrence Block. Producción: Tobin Armbrust, Danny DeVito, Brian Oliver, Michael Shamberg y Stacey Sher. Música: Carlos Rafael Rivera. Fotografía: Mihai Malaimare Jr. Montaje: Jill Savitt. Diseño de producción: David Brisbin. Vestuario: Betsy Heimann.


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