Sucede que a veces las cosas no salen cómo las imaginaste y eso que llaman destino se empeña en negarte una y otra vez aquello que tanto añoraste. Sucede que te noquearon, sucede que ahora tan sólo permaneces arrodillado preguntándote por qué se volvió todo tan complicado.
Silencio.
Las respuestas brillan por su ausencia, de nuevo la vida te muestra que tú mejor aliado probablemente seguirá siendo la paciencia. Pero qué más da, ¿a quién le podría importar?.
Supongo que al final lo importante es que decides continuar. Herido y magullado, quizás tan sólo sigas por inercia, pero creo que en el fondo sabes tan bien como yo que hay algo más que te alienta. Susurros de ese corazón inquebrantable, empeñados en recordarte qué fue por lo que empezaste.
Porque sucede que a veces no importa lo lejos que estés de la cima mientras sepas cuál es tu cima.