¿Me acompañan una etapa más de Camino de Santiago por tierra pelagia?
La maravillosa costa occidental asturiana, Paraíso Natural. Recuerden: el día pasado terminamos planchando la oreja en Puerto de Vega, ¡arriba dormilones! El Camino de Santiago os espera.
Se puede hacer todo el tramo hasta Navia siguiendo las indicaciones de La Senda Costera pues por Puerto de Vega pasa la ruta que viene desde Barayo.
http://www.turismoasturias.es/descubre/naturaleza/rutas/sendas-costeras/barayo-navia
Pero entre que amaneció oscuro y lluvioso y que tenía la carretera a Navia a la puerta del hotel pues marché por el asfalto. Hay que subir hasta Soirana, casi todo el rato caminas por acera, y al ser los primeros kilómetros del día ni te enteras de lo que caminas.
Pasado Soirana los indicadores nos sacan de la carretera comarcal para bajar a la Playa de Frejulfe, declarada Monumento Natural de España y uno de los rincones más maravillosos de toda la Costa Cantábrica. Ojo, es un lugar protegido, y hay que andar con tiento.
Llovía, llovía con mayor o menor intensidad, pero poder pasear por un lugar tan bonito no me lo podía perder. Bajas hasta la playa y te podrías dar un chapuzón, pensaba, pero no me animé; aún tenía las magdalenas del desayuno revolviendo en la hormigonera estomacal. A seguir caminando.
Caminas por marismas y praderas de brozas y junquillos, continuas felgueras cubren los acantilados, y los cormoranes te pasan tan cerca de la cabeza que en algún momento pensé que me dejarían sin paraguas. Asturias Paraíso Natural. Seguir viendo más fotos.
La senda va de sube y baja monte tras monte y mientras este viejo peregrino pena no poder parar más rato a disfrutar del paisaje hay quien está trabajando recogiendo percebes por los acantilados.
¡Sí, ya lo sé! Son muy caros. Pero rescuelgate tú en un rincón de esos a recogerlos.
Un poco más adelante ya tenemos a la vista la Playa de Fabal; ojo, no hay que bajar a la arena, la Senda Costera bordea por la zona alta de pinares. Continuaremos por la zona que se ve al frente.
Continuando bordeando por los acantilados la siguiente playa, mucho más pequeña aún, es la de Coedo. Aquí ya no pude hacer fotos, es más, tuve que guardar la cámara de fotos porque se me echó encima un chaparrón de los gordos.
Pero una hora más tarde ya estaba entrando por el Paseo del Río de Navia. Un kilómetro de terreno llano para variar se agradece.
Siguiendo por la orilla del río me acerqué hasta el centro de Navia, apetecía tomar un refresco, mejor dos, y ver que ofrece la villa al visitante.
Subiendo a la parte antigua nos encontramos con la Casa Limonar, recientemente restaurada y que ahora contiene dependencias municipales.
Un poco más arriba se encuentra la plaza del ayuntamiento.
Y muy cercana se encuentra la iglesia de Santa María de la Barca de Navia. Estaba abierta y pude entrar un momento a contemplarla, muy guapina, pues un matrimonio estaba haciendo la limpieza del templo.
Se baja por la calle de la Muralla Medieval de Navia al río y las flechas amarillas ya te encaminan por el puente de la ría hacia Jarrio y Cartabio en una subida constante con largos tramos de carretera.
Una tirada larga, pero larga, ¡eh! nos lleva hasta La Caridad. A la entrada de la villa paré en el restaurante Casa Quinto, excelente. Estás en tierra pelagia, el antiguo país bretón, ¿quien pone malas caras? Aquí se come estupendamente, os lo dice un tragaldabas, ¡que suene la gaita, Xuanín!
Lo que hace la sidra a estas horas.
Seguimos de Camino.
Por caminillos y algo de carretera se llega hasta El Franco, y aquí comienza un tramo de Camino de Santiago precioso, pero verdaderamente precioso.
Terminado el tramo de bosques se sale de nuevo a la carretera que nos conduce hasta Porcia. Al pasar Porcia se puede continuar hacia el albergue de peregrinos de Tol, pero casi todos los chavales con los que caminaba prefirieron venirse hacia Tapia de Casariego. Yo paré un minuto al pie de Nuestra Señora de los Remedios pero como estaba cerrada decidí que ya estaba bien de pasar calor y que cuanto antes llegara a Tapia mejor para mi salud. Aún quedan kilómetros por delante.
Andábamos a 30 grados a la sombra y la humedad del mar.
Pasamos por Campos y Salave, y seguimos caminando.
Otro poco más allá y pasamos por San Antonio. Ya queda poco.
Otro kilómetro a mayores y ya vemos las primeras casas de Tapia de Casariego colgadas al borde del acantilado. El albergue de peregrinos se encuentra en las primeras casas que encuentras. Yo tan solo paré a sellar la credencial, con los tres chavales alemanes que iban delante mio se llenó por completo. ¡Que no! Que no hace falte que me prestéis vuestras esterillas, que no pienso dormir en el suelo en una villa tan bonita. Mañana tendríais que llamar a una grúa para levantarme. Muy agradecido.
Subí a comer algo, estaba desfallecido, ¿me comprendéis, verdad? Un par de sidras y a buscar habitación. Encontré el estupendo hotel restaurante San Antón, en el barrio de San Martín, y problema solucionado. ¡A la ducha o feneces!
Hotel Restaurante San Antón
Tras un merecido reposo bajé al puerto pesquero y barrio de los pescadores para hacer algunas fotos con el teléfono y enviárselas a la familia.
La tarde era estupenda y los chavales nadaban de barco a barco y de vuelta al muelle en la placided del mar. El agua estaba a más de 20 grados e invitaba al chapuzón.
Tapia de Casariego tiene un par de zonas donde tomar algo y cenar estupendamente, El propio puerto está lleno de cervecerías, y un poco más arriba se encuentra La Marina y la zona de sidrerías. Tras tomar una, antes de que oscureciera regresé para cenar al hotel San Antón, que se come muy bien, el trato exquisito.
Me dieron las 12 de la noche hablando de surf y surferos con un paisano de la villa, gran veterano del asunto. Al día siguiente me esperaban más playas y más Camino de Santiago a mi manera. ¿Me prestaría una tabla?
¿Os está gustando el recorrido? Tenéis que hacerlo vosotros mismos.
Pues mañana la siguiente etapa, la entrada en Galicia por el país bretón.Daniel Paniagua Díez