Revista Ciencia
Este pasado fin de semana se celebraba la XV edición del Campeonato de Andalucía de Descenso de Cañones. El lugar elegido este año fue el Cañón del Guadalentín Inferior o como suelen conocerlo: “La Bolera”, en Pozo Alcón. Un lugar maravilloso en un enclave muy singular, donde las aguas verdes cristalinas hacen de este barranco una prueba muy bonita de cierta dureza física con grandes nados y zonas con “peligrosidad…”
El GEV, como no podía desaprovechar la ocasión de tener el evento tan cercano y en nuestra provincia, preparó un buen equipo de competición para dar el máximo de sí, tanto en las pruebas individuales del sábado como las de equipos del domingo 19, pese a ser una disciplina que el Club no entrena y no suele practicar con frecuencia.
Hasta un total de 10 deportistas formaron el equipo del Grupo Espeleológico de Villacarrillo. El primer día, las pruebas individuales dejaron muy buenos tiempos a lo largo del recorrido del cañón, donde el más rápido consigue la victoria, siempre que cumpla con las penalizaciones técnicas y la legalidad de las reglas marcadas… Cristina Gómez y Manuel Martínez, en juvenil femenina y masculino, firmaron las primeras posiciones de su categoría con 42 y 37 minutos respectivamente. Cristian Tíscar, Moisés Tíscar y Antonio Rodríguez completaban las siguientes posiciones del encuadre juvenil masculino.
Por otro lado, Cristóbal Tíscar en Veteranos, cosechaba el tercer mejor tiempo, penalizado de forma muy grave por un enjuiciamiento distinto de un árbitro a otro… al igual que Antonio Rodríguez, lo que les desplazó a las últimas plazas de su categoría, siendo este hecho la antesala de una tormenta que el GEV y otros tantos recibirían en el momento de proclamarse los resultados. Igual sucedería con nuestr@s mayores femenina y masculino en sus respectivas pruebas.
Dicen que una mala decisión puede tener consecuencias devastadoras… y es que todos nuestros deportistas tomaron un camino fuera del cauce del río, tras una trepada simple, o al menos para nosotros lo era, escalonada y paralela a las bellas y frías aguas del Guadalentín, en apenas unos metros, para evitar un tramo a nado por aquello de evitar el agua todo lo posible (que ya de por sí vas “tragando” en las largas badinas), con la consecuente descalificación de todo el Club por dicha maniobra alegando que poníamos en peligro nuestra integridad física que muy bien recoge el Reglamento.
El problema en cuestión es que, tanto los jueces que tomaron esa decisión, como aquellos que valoraron nuestra reclamación posterior de que “si estamos en peligro de poder hacernos daño, caernos o lastimarnos, o simplemente accidentarnos con la poca o mucha gravedad que fuera… cómo es posible que no nos detuvieran esa marcha para advertirnos y rectificar la maniobra, sin penalización pertinente pues el mero hecho de rectificar ya supone una pérdida de tiempo (como también muy bien figura en el Reglamento)” a lo que reconocieron que teníamos razón en esto en cuestión, la sorpresa siguió ahí: los integrantes del GEV seguían descalificados… es decir, se reconoce que es un fallo arbitral el no parar nuestra progresión por un lugar que se estima peligroso, y somos descalificados por hacerlo sin saberlo y sin existir balizas que delimitaran esa zona.
La cosa no quedó ahí, y es que las maniobras técnicas no tenían criterios de valoración unificados entre todos los jueces, lo que provocó una marea de penalizaciones en varios descensos con cuerda, pero no en todos… Esto no es fútbol, donde un árbitro A estima que el contacto entre dos futbolistas se está excediendo y pita falta, pero otro árbitro B puede valorar la misma acción sin falta por enjuiciar que el contacto es limpio… esto tiene unas normas bien fijadas: o es falta o no lo es, solamente existen 2 casos que tienen un criterio más subjetivo de medir, el factor de caída y el factor de peligrosidad, y en este caso no era ninguno de ellos.
Hay que aclarar que cada juez estima lo que cree conveniente, valora las situaciones de peligro como él o ella observa y determina, a lo cual no tenemos ni reproche ni crítica, para nada, pues ya de por sí existen situaciones complicadas de supervisar. Lo que es indignante es que se midan maniobras con distinto rasero, sin existir unificación, sin existir diálogo posterior para ver “qué has valorado tú, ¿y tú?, ¿y ésta por qué se ha penalizado?” o similar, que no sean capaces de rectificar un resultado de un error arbitral (que para eso el Reglamento permite reclamar) y que hagan más protagonistas a los jueces que a los propios competidores. Dio la sensación de que había posturas enfrentadas entre la organización cuya solución menos drástica sería dejarlo todo como se había valorado por cada uno… al fin y al cabo, el GEV descalificado, como bien se comienza… hay malas decisiones que traen consecuencias devastadoras.
El domingo, la prueba por equipos por parejas, consistente exactamente en el recorrido del cañón igual que en individual, pero instalando y desinstalando los descensos con cuerda marcados, dejó a nuestras 2 parejas con un gran resultado.
Una pareja histórica formada por Fátima García y Jesús Pérez consiguieron proclamarse como Campeones de Andalucía de Descenso de Cañones por Equipos en la categoría Absoluta con el mejor tiempo de todos, donde un viejo amigo nos dejó una frase positiva, que al fin y al cabo es con lo que hay que quedarse: “soy un privilegiado por poder ver esta pareja competir juntos”, al igual que Juanjo Rodríguez y Noé Marín, que aunaron sus largos años como espeleólogos para conquistar la medalla de plata como Subcampeones de Andalucía de Descenso de Cañones por Equipos en Absoluta, con una extraordinaria ejecución de la prueba.
La medalla de bronce también quedó “en casa” por los miembros del Club Torredelcampo X-Trem, también jiennenses. El fin de semana tuvo un sabor más agrio que dulce, sensaciones muy negativas y desmotivantes que seguro estudiarán para seguir mejorando año a año.
Cuando el Club propone cosas nuevas para el Reglamento, o modificaciones, no lo hace para que nos allanemos a nosotros mismos nuestro camino, lo hace por el bien de las competiciones en general. Que se aprueben ciertas propuestas del GEV y se pongan en práctica no quiere decir que se nos esté haciendo un favor y no tengamos derecho al reclamo. Hay todo tipo de sugerencias de muchos equipos cada año, y bien es seguro que, pese a que la organización intente hacer las cosas lo mejor que puedan y con la mayor imparcialidad y deportividad posibles (que en absoluto dudamos), es compatible con que puedan equivocarse y nosotros estemos ahí para quejarnos, hacer críticas constructivas o reclamar si nos sentimos perjudicados en cualquier decisión.
Que un equipo tenga el sentimiento de haber recibido una decisión injusta, de expresar sus estados de ánimo o sus pensamientos, de considerar este como uno de los mayores clamores de las competiciones de espeleología y cañones, o de cualquier otra opinión, es perfectamente entendible y libre, pues en ningún momento se pone en duda la profesionalidad e integridad de nadie, sino la valoración de lo sucedido.
Ánimo GEV, sois únicos, ya visteis el recibimiento del domingo, con eso hay que quedarse. Gracias a todos los compañeros, y a la vez contrincantes, de los clubes del evento por vuestro apoyo.
Este septiembre en Ronda se presenta la siguiente cita, donde la Federación Andaluza de Espeleología y la gente que organiza y dirige las competiciones darán todo de sí para dejar un campeonato europeo para la historia, ya están ofreciendo información y hay mucho trabajo que se verá perfectamente reflejado.
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