Revista Cultura y Ocio
Hace escasos días el grupo de los Cazadoresde Hermes pudimos disfrutar de una cena excelente en Can Culleretes, el restaurante más antiguo de Barcelona y el segundo de España (tras El Botín en Madrid), según en el libro Guiness de los records. Justo ahora se cumple el 230 aniversario de su apertura, motivo por el cual sus propietarios lo celebran con un menú especial, denominado 1786, en homenaje al año de su fundación.Previo a la cena, su actual propietaria nos explicó la historia del local. Ella es Montse Agut, y pertenece a la misma familia que regenta otro restaurante clásico de la ciudad: el Agut. Ella nos habló del origen de Can Culleretes y del porqué tiene ese nombre. El local, inicialmente era un espacio ubicado frente a la portería del convento de Valldonzella (a extramuros) y se vendía mató, además de chocolate caliente y crema catalana. Tiempo después se transformó en restaurante especializado en comida tradicional catalana y así ha seguido hasta ahora.¿Y por qué se llama así? Nos preguntamos todos. La respuesta incluye dos versiones. Una, poco convincente, incide en que este restaurante fue el primero en sustituir las cucharillas de madera por otras de metal. Otra explicación, que parece más acertada, apunta al grito de "neneees... culleteeeees" que realizaban los camareros dirigiéndose a las empleadas de la cocina para que se apresuraran a limpiarlas, ya que la gran afluencia de comensales aconstumbraba a superar el número de cucharillas disponibles. Por eso había que limpiar y servirlas constantemente.
En estos 230 años de historia, han pasado por el local famosos de todo tipo: cantantes, actores, escritores, pintores, escultores, políticos… Las paredes, repletas de fotografías dedicadas, dan fe de ello y quien quiera descubrir sus nombres solo tienen que seguir la página de Facebook del restaurante e intentar averiguar quien se esconde tras el juego de las caras escondidas.
Por aquí pasó Picasso y también Mario Cabré. De hecho, el torero era íntimo amigo de los Agut, con los que celebraba, a menudo, la Navidad. IY ya en los últimos años, Iñaki Urdangarín era un cliente habitual. Su foto, dedicada y colgada en la pared, acabó por ser desterrada a petición de los clientes.La fama de Can Culleretes empezó en un lejano 1890 gracias a Miquel Regàs, que estuvo al frente del negocio hasta que lo traspasó al Gremi d’Hostalers i Cuiners al acabar la Guerra Civil. Posteriormente, en 1958, Sisco Agut se hizo cargo de él hasta que pasó el relevo a sus hijas, Alicia y Montse, quienes nos atendieron con esmero y dedicación.
Más información, en los blogs Bcn Last Call y lamevabarcelona.com de mis compañeras Núria y Neus, respectivamente.