En su momento conocimos el proyecto de Can Marlès visitándolo cuando aún faltaban algunas piedras por poner. Un proyecto ambicioso que sigue avanzando poco a poco. Hoy os hablaremos de uno de sus vinos, con Denominación de Origen Penedés
Can Marlès Chardonnay es un monovarietal elaborado con viñas ecológicas de la misma propiedad situadas en la Sierra del Montmell a más de 500 m de altura donde todavía llega la marinada. Esta influencia marina y unos suelos arcillosos otorgan a este vino blanco dos de sus principales características: una estructura compleja y densa y un bouquet salino que encaja perfectamente con la frescura ácida del chardonnay. Quizás un tercer factor acabaría por explicar la complejidad de este vino. Éste no es otro que su permanencia durante 4 meses en barricas de roble francés de la region de Allier.
Sin ánimo de ser excesivamente didácticos, solo comentar que los suelos arcillosos poseen una mayor capacidad para retener nutrientes y agua, y que esto se traduce en unos ciclos de maduración de la uva mas largos y hacen que ésta llegue a la vendimia pletórica de potenciales. Así se obtienen vinos complejos y elegantes con una mayor estructura y una mayor carga de polifenoles que son algunos de los compuestos que aportaran sabor, color y cuerpo al vino. Con un suelo tan generoso, las viñas no sufren demasiado para madurar sus frutos.
En cuanto al roble de las barricas hay que decir que los toneles franceses son menos porosos y por tanto impiden una excesiva oxidación de los vinos y que, en función de su tostado interior, aportan mas o menos al sabor. En particular, los robles de la region de Allier son los que tienen el poro mas fino de todos los franceses.
Volviendo al Can Marlès Chardonnay 2012, deciros que es un vino de color oro viejo. Denso tal y como lo atestiguan sus lagrimas en las paredes de la copa. En nariz es un Chardonnay. Si habéis probado con antelación este tipo de uva, no os costara demasiado reconocerla en los aromas del Can Marlès. Frutas verdes como la manzana, el limón o el melón aparecen acompañadas de los toques que aporta el paso por barrica, especialmente la vainilla. En boca notareis inmediatamente la madera, lo que me hace suponer que el tostado de las barricas era fuerte o muy fuerte, para dejar paso lenta y equilibradamente al frescor de la fruta verde. Al final, el toque salino de la marinada.