El día que había comenzado recorriendo la Ruta de los Dinosaurios de las badlands canadienses terminó en la pequeña ciudad de Canmore, algo menos concurrida que la vecina Banff, pero aún así, un importante núcleo turístico.
Para dormir, nos alojamos en el Bear Hostel que no está mal como hostel, pero la organización nos pareció un poco “militar”. La persona que nos atendió fue amable, pero nos dio un poco la sensación de Campus, más que de hostel. La llegada fue un poco: “hola, aquí tenéis esto, aquí tenéis lo otro, podéis hacer esto, no podéis hacer lo otro. Adiós.”
Además, como cerraban las salas comunes a las 11 de la noche, y nosotros llegamos tarde, no tuvimos mucho tiempo para disfrutarlas. Pagamos 70$ por dos camas en un cuarto de 6, que aunque parezca increíble, para los precios que gastan en Banff, es barato.
Un punto positivo es que en el dormitorio, las literas de abajo tienen cortinas, para no tener tantas molestias si alguien está en la habitación con su mochila, o enciende la luz y tú estás intentando dormir.
Antes de acostarnos, fuimos a dar una vuelta por el pueblo y nos tomamos unas cervezas en The Drake, un pub donde había un concierto y había que pagar $5 para entrar, pero el portero nos dejó pasar sin pagar, cuando le dijimos que íbamos solo a tomarnos unas cervezas. ¡Si es que en Canadá hasta los porteros de discoteca son amables!🙂 Echamos un ratillo muy guay.
Canmore está a tan solo 27km de Banff, por lo que es una buena opción para pecnoctar y los precios y la concentración de gente son algo mejor. Unas bagels en Tim Horton bien temprano para desayunar, y del tirón al Centro de Información del Parque Nacional de Banff.
Qué ver en el Parque Nacional de Banff
Lo mejor que podemos hacer al llegar a un Parque Nacional en Canadá es acercarnos al Centro de Visitantes, o Centro de Información, para comprar las entradas al parque, coger mapas de rutas, preguntar por la previsión meteorológica, y en verano, sobre todo, sobre avisos de actividad de osos, que puede llegar a suponer un peligro para nuestra seguridad.
Las entradas a los Parques Nacionales de Canadá hay que pegarlas en el cristal del coche y dejarlas a la vista en los aparcamientos de las rutas, para que puedan ser comprobados por los guardas del parque.
Centro de Visitantes de Banff
Monte Norquay
En nuestro caso por ejemplo, se levantó un día totalmente nublado, con nubes densas tan bajas que apenas se veían los enormes macizos montañosos que rodeaban la ciudad, y que tan majestuosos se alzaban recortados contra el atardecer la noche anterior. Nos sentimos un poco desalentados, pues nos dio la sensación de que íbamos a perdernos toda la espectacularidad del paisaje por haber elegido un mal día para visitar Banff.
Sin embargo, en el Centro de Visitantes nos dieron la solución: subir en telesilla al Monte Norquay. Nos confirmaron que en la cima del monte estaba despejado, y que las vistas eran alucinantes, pues te encontrabas contemplando el paisaje por encima de las nubes.
El monte Norquay es una de las estaciones de esquí más importantes del Parque Nacional de Banff. Pero en verano también merece la pena la visita. La subida en telesilla es muy emocionante. ¡Qué altura!
Desde luego que ver las montañas por encima de las nubes es alucinante, y la sensación de subir flotando por entre los pinos realmente compensa los 20$/persona que cuesta el telesilla (¡la mitad de lo que vale la Banff Góndola!)
Por el camino además no solo disfrutaremos de unas vistas que quitan la respiración, sino que también podremos contemplar como pastan apaciblemente los rebaños de carneros de las Rocosas (bighorn sheep).
Cuando por fin alcanzamos la cima, las vistas son más espectaculares aún si cabe. Y una vez pasada la excitación de la altura del telesilla podemos concentrarnos en deleitarnos con ellas.
Desde allí, a 2000m de altura pudimos contemplar como la bruma y las densas nubes iban abriéndose conforme avanzaba la mañana, revelando poco a poco un trocito más de este espectacular paisaje alpino que rodea la ciudad de Banff y el río Bow.
Foto by Luisma
Foto by Luisma
Al final, acabó despejándose el día y decidimos volver a bajar para hacer una ruta de senderismo en el Parque Nacional de Banff.
Excursión a Boom Lake
Como ruta de senderismo en el Parque Nacional de Banff, elegimos la ruta a Boom Lake, una excursión fácil y con poca elevación, que atraviesa un bosque alpino para llegar a un lago verde esmeralda rodeado de escarpadas montañas coronadas de nieve, aún en verano.
La ruta en total son 10km (ida y vuelta) con 175m de desnivel.
Por la carretera, en el camino hacia el comienzo de la ruta, pasamos por muchos de los grandes picos de Banff, como el Castle Mountain. Sólo conducir la Hwy 1 por esta zona ya merece la pena.
Castle Mountain
Hay varias rutas fáciles por la zona de Castle Junction, como las cascadas de Johnston Canyon, pero precisamente por ser más asequibles, están también más masificadas, por lo que la sensación de estar perdido en la naturaleza salvaje de Canadá desaparece cuando el tercer grupo de asiáticos armados con palos de selfie y paraguas se cruza entre la grandeza del paisaje circundante y tú.
Boom Lake, en cambio, es mucho más tranquila que las demás rutas fáciles de la zona, y aunque te cruzas con gente, no es para nada agobiante, y puedes parar a comerte tu sandwichillo en total intimidad entre el lago verde esmeralda y tú.
Nada más bajarnos del coche en el parking de la ruta, nos dimos cuenta de la fuerza salvaje de la naturaleza en Canadá. Al otro lado de la carretera, un enorme oso Grizzly se desplazaba veloz entre los árboles en busca de bayas con las que alimentarse. A penas pudimos sacar una foto borrosa. Estabamos demasiado impactados con la velocidad, el tamaño y la fuerza de tan majestuoso animal.
¡Era la primera vez que veíamos a un oso Grizzly en libertad! También fue la primera vez que vimos las llamadas buffalo berries, las bayas que más les gustan a los osos, y que en Agosto están en plena temporada.
Foto borrón del Grizzly en su carrera por el bosque
buffalo berries, las preferidas de los osos
El camino hacia el Boom Lake se hace a través de un bosque precioso, con pequeños arroyuelos ribeteados por todo tipo de arbustos, y líquenes.
Tras poco más de 5km, se llega al lago justo cuando el bosque da paso a un campo de rocas, como si de una avalancha se tratara.
El agua del lago, de color verde esmeralda, refleja las escarpadas montañas que lo rodean, algunas de las cuales aún conservan algo de nieve, aún a pesar de estar en pleno Agosto, como también refleja el denso bosque que se extiende en las faldas de la montaña, por lo que el efecto de espejo es espectacular.
Cuando la tarde empezó a amenazar tormenta, y el viento rompió el cristalino reflejo del agua, decidimos que era momento de regresar al coche, antes de que la lluvia nos pillase en pleno bosque.
Como siempre suele ocurrir, el camino de vuelta se hizo más corto que el de ida, y en poco más de una hora, estábamos de nuevo en el coche, rumbo hacia nuestro próximo destino: la ciudad de Golden, en la Columbia Británica. Esta sería nuestra base en las próximas noches, pues su posición estratégica con respecto a los Parques Nacionales de las Rocosas, pero alejada de las áreas turísticas de Banff y Lake Louise, lo convierte en un lugar perfecto para dormir y comer por unos precios moderados, mientras tienes las entradas a 6 Parques Naturales a menos de 1 hora de distancia.