Situado en un extremo de la Carretera de los Glaciares encontraremos el pequeño pueblo de Jasper, que da nombre al Parque Nacional más septentrional de las Montañas Rocosas de Canadá.
Al igual que el resto de parques de las Rocosas, el Parque Nacional de Jasper es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y encierra un maravilloso conjunto de glaciares, lagos, cascadas y montañas. Tampoco se queda corto en cuanto a fauna salvaje se refiere: osos, alces, renos, caribúes, lobos, coyotes ¡y hasta linces!
Es un parque bastante menos masificado que Banff, pero aún así y más aún en verano, hay mucha gente visitándolo. Tanta, que si tenéis pensado dormir en el mismo Jasper, para encontrar alojamiento lo principal y fundamental es reservar con MUCHA antelación.
Dónde dormir en Jasper
Encontrar un alojamiento pagable en Jasper puede convertirse en una pesadilla si no reservamos con la suficiente anticipación.
Nosotros empezamos a mirar en Junio para nuestro viaje que fue en Agosto, y ya estaba todo lo “barato” reservado (2 meses antes).
Encontramos un guest house con disponibilidad a través de la web de la cámara de comercio de Jasper donde tienen listados todos los Bed & Breakfast, pero no se pueden hacer reservas directas. Hay que mandar un correo y esperar a que te contesten.
Nosotros reservamos dos días en el Seldom In Guest House a 95$ la noche. Parece un precio caro, pero todo lo demás que encontramos disponible era mínimo 170$. La temporada alta en Jasper es de locos.
Lo que le da todo el valor al Seldom In, son los dueños Sherill y Doug. Dos rangers del parque jubilados, que lo conocen al dedillo, y nos dieron consejos fantásticos sobre qué excursiones hacer incluso antes de que llegásemos a Canadá. Fuero ellos los que, por correo, nos recomendaron parar para hacer la ruta de Parker Ridge cuando recorriésemos la carretera de los glaciares. También nos aconsejaron sobre cómo comportarse en caso de un encuentro con un oso, y nos contaron mil historias interesantes sobre sus tiempos de rangers.
Qué hacer en Jasper
Las posibilidades para disfrutar en Jasper a tope de la vida al aire libre son poco menos que infinitas. Teniendo en cuenta que nosotros sólo pasamos aquí dos noches, si estáis planeando una estancia más larga esta lista se os quedará corta probablemente.
Lo mejor que podéis hacer es consultar el folleto de excursiones que ofrecen en el puesto de información turística de Jasper. Y es muy probable que tengan una copia en el sitio dónde os alojéis.
Ruta Cavell Meadows
Tanto Doug de Seldom In Guest House en Jasper, como la guía de montaña que conocimos haciendo la ruta del Balú Pass, nos recomendaron hacer la ruta de las praderas de Cavell (Cavell Meadows) en conjunto con la Senda del Glaciar. En total son unos 7km de ruta, con un pronunciado desnivel de 500m.
La primera parte de la ruta, la Senda del Glaciar, son apenas 700m, pero con una elevación de 70. En un corto paseo ascendente llegaremos a los pies del Glaciar del Ángel, donde tendremos unas vistas impresionantes de la enorme masa de hielo en recesión.
Foto by Luisma
Foto by Luisma
En un día soleado y caluroso, probablemente seremos testigos de cómo el hielo se rompe y cae, tras un gran estruendo, a la pequeña laguna Cavell. Un espectáculo que os aseguro os dejará con la boca abierta.
Si no tenemos ganas de andar, podemos simplemente terminar el loop y hacer el camino de vuelta al parking, llevándonos con nosotros las impresionantes vistas del glaciar.
Pero si hemos venido a caminar, aquí comienza el ascenso a las praderas de Cavell. La ruta tiene varias posibilidades de atajos, y el acceso a los miradores se puede hacer en diferente orden. Sin embargo, no debemos tener miedo a perdernos, pues está todo muy bien indicado.
Tras el prolongado ascenso llegaremos a las praderas donde podremos contemplar los diferentes tipos de flores alpinas que abundan en verano. Poco después llegaremos al segundo mirador, el cual es un buen lugar para hacer un descanso.
A partir de aquí, la ruta comienza a tomar altura más seriamente, y la senda serpentea por la montaña desnuda hasta el siguiente mirador. Este es un buen lugar para tomar nuestro almuerzo, descansar las piernas y estirar los músculos para prepararlos para el prolongado descenso de vuelta al coche.
Hay otra opción, que es continuar subiendo a lo largo de la cresta para contemplar las vistas del glaciar de Athabasca desde el otro lado. Sin embargo, la subida es realmente pronunciada y nosotros decidimos plantarnos allí. ¡Teníamos planes algo más relajados para el resto de la tarde!
Lago Annette
Aconsejados por Sherill, nuestra anfitriona en Seldom In GH, decidimos tonificar nuestros cansados músculos en las frías aguas del lago Annette. El lago Annette, al igual que el vecino lago Edith, es un lago alpino que se formó en la Edad del Hielo durante la recesión del hielo.
Hay muchas rutas para caminar o montar en bici alrededor del lago, pero si el día es cálido, lo mejor es zambullirse en sus cristalinas aguas. Sí, el agua está fría, ¡pero no todos los días se baña uno en agua que hace no tanto era hielo de un glaciar!
El lago tiene una situación muy buena, pues está de camino al cañón Maligne.
Maligne Canyon
La ruta del cañón Maligne es un sendero corto, de unos 2km y 100m de desnivel, que a través de paneles explicativos nos enseña cómo este espectacular cañón está conectado con el lago Medicine por una serie de cuevas subterráneas.
El cañón tiene unos cincuenta metros de profundidad excavado en la roca caliza por el río Maligne. Cuando nosotros fuimos estaba todo bastante seco, pero normalmente los saltos de agua aquí son imponentes.
Lago Medicine
El lago Medicine recibe su nombre de los indios nativos que creían que sus mareas eran mágicas, como la medicina. Este lago tiene la particularidad de que sus aguas desaparecen en otoño e invierno, quedando apenas un hilo de agua en su cuenca. Las investigaciones han descubierto que el lago posee un sistema de drenaje subterráneo, un sistema de cuevas que se cree es uno de los más largos e inaccesibles del mundo.
En verano, en cambio, el agua está allí, y se pueden contemplar atardeceres muy evocadores.
Desde aquí son apenas 10km al lago Maligne.
Lago Maligne
El lago Maligne es el lago natural más grande de las Rocosas, con 22 km. Está alimentado en su mayoría por aguas que tienen origen glaciar obteniendo así su bonito color azul.
No se puede rodear el lago por carretera, pero la senda Mary Schäffer que lo rodea ofrece un agradable paseo sin esfuerzos con paneles explicativos sobre cómo se descubrió el lago. La historia es más que curiosa. Un indio hizo a Schäffer un mapa perfectamente detallado de la zona 20 años después de haberla visitado y a pesar de no haber vuelto jamás a ella.
Foto by Luisma
Foto by Luisma
De regreso a Jasper una pareja de alces tuvieron a bien agraciarnos con su presencia. Fue una sensación muy intensa estar ahí a apenas unos metros de un animal para mi tan desconocido.
El broche perfecto para un intenso día explorando el Parque Nacional de Jasper, en Canadá.