A las afueras de la localidad castellana de Alar del Rey el viajero se ve obligado a detenerse para ver el Canal de Castilla, un río artificial encajado en paredes cóncavas de bien encuadrados sillares. El canal es una de las obras más importantes que dejó en España la Ilustración del siglo XVIII, cuando las autoridades se preocuparon del bienestar y el progreso de los pueblos y no solo por ganar las próximas elecciones y mantener la poltrona.
La idea era abrir un canal que facilitara las comunicaciones interiores e incluso llegara al mar Cantábrico y permitir de esta forma, romper el aislamiento al que estaba sometida la meseta castellana y leonesa debido a su accidentada orografía. Entonces el transporte de mercancías, que dependía de arrieros y carreteros, era lento y caro.
El Canal de Castilla a su paso por Medina de Rioseco./Rodelar
Esta tremenda vía fluvial fue ideada por Fernando VI y su ministro más influyente, el Marqués de la Ensenada con la idea de impulsar la economía patria. Las obras duraron casi un siglo, hasta 1849, pero una parte entró ya en servicio a finales del siglo XVIII. El transporte se hacía por medio de barcazas impulsadas por caballos y bueyes que tiraban de ellas desde los arrecifes de la orilla. Llegó a haber hasta 300 de ellas.
El proyecto inicial contempló la construcción de cuatro grandes canales que unirían Segovia con Reinosa, en Cantabria, y llegar al mar por el puerto de Santander. De Reinosa continuaría hasta Calahorra de Ribas (Palencia), para proseguir hasta Medina del Rioseco (Valladolid) por la comarca de Tierra de Campos. Para desembocar en el Río Pisuerga. Pero esta idea se truncó. La obra quedó inconclusa, pero ha legado más de 200 kilómetros de cauce navegable dividido en tres ramales.
El Canal de Castilla es una impresionante obra de ingeniería./Zarateman
El Canal de Castilla une Medina de Rioseco, Palencia, Valladolid y Alar del Rey. Esta última, a 80 kilómetros de Palencia, supone el límite norte del canal. 75 kilómetros y 24 esclusas discurren más las aguas hasta llegar a Calahorra de Ribas, donde se bifurcan dos ramales. El discurrir fluvial permite al viajero conocer dos parajes de singular belleza monumental: Herrera del Pisuerga y Frómista.
El ramal de Campos, de casi 80 kilómetros de extensión, enlaza Calahorra de Ribas con Medina de Rioseco. A lo largo de este tramo, el viajero puede optar por conocer las maravillas que esconden Monzón de Campos, Paredes de Nava o la propia Medina de Rioseco, conocida antaño como la India Chica por las riquezas que albergó.
Mientras, por el ramal sur la ruta conduce de Calahorra a Palencia, la primera capital por la que se adentra el Canal de Castilla. Medio centenar de kilómetros después arriba hasta Valladolid, ciudad monumental donde las haya donde murió Cristóbal Colón y nació Felipe II. Sin duda se convirtió en la ciudad más importante de la Corona de Castilla durante la Edad Media.
Embarcadero del Canal de Castilla en Medina de Rioseco./Josemanuel
Aquí finaliza el trayecto del Canal de Castilla. Ahora, el canal sirve solo para los regadíos. Como transporte decayó con el ferrocarril y finalmente se cerró a la navegación en 1959. Las carreteras de alrededor y los caminos rurales que bordean el canal permiten en la actualidad que el viajero pueda disfrutar del paraje y la naturaleza a pie, en bicicleta o piragua.
Emitido por La 2 de Televisión Española, este vídeo que os dejo disfrutar a continuación es el primero de una serie de cuatro capítulos que se embarca en una aventura navegable por el Canal de Castilla. Conviene detenerse, respirar hondo y dejarse llevar por unas bellas imágenes que nos recuerdan uno de los lugares con historia de nuestro país:
Dónde dormir: Hotel Vittoria Colonna; C/ San Juan, 2-b; Medina de Rioseco (Valladolid); teléfono: 983725087.
Dónde comer: Restaurante La Cueva; Conde de Vallellano, 6; 34480 Alar del Rey (Palencia); teléfono: 979133066.