Revista Decoración
He aquí otra creación muy fácil de hacer y económica. Vi una foto en Internet de uno parecido y yo le he dado mi toque personal.
El punto de partida es un tablero, viejo o nuevo. Yo lo quería envejecer yo para probar y me compré uno que vi de las medidas que quería.
Este es el tablero.
La verdad es que lo maltraté. Lo ensucié, lo raspé con un cepillo de alambre y con un cúter le hice varios cortes, abriéndole y gastándole por donde me pareció le daría ese aspecto de tabla machacada y desgastada. Finalmente con un trapo en el cual metí tuercas, tornillos y otros metales le di varios golpes para marcarlo un poco más.
Después de dejarlo, al pobre, hecho un cuadro, me dediqué a darle tono.Primero un baño con betún de judea, un pequeño lijado y con un trapo y esmalte al agua blanco le di por la superficie (sin pintar los huecos que le había hecho queriendo, dejándolos oscuros).
Cuando logré el efecto deseado, lo barnicé, y para matar el brillo satinado que le quedó volví a rasparlo superficialmente con el cepillo de alambre.
Para colocar los candelabros utilicé las tapas de los mismos (no quería que fueran fijos, sino de fácil acceso para encenderlos o apagarlos). Les quité las tapas y a estas les di la forma quitándoles una tapa doble que tenían y doblándoles tres de las cuatro esquinas 90º para que el candelabro quedara encajado. La cuarta punta la introduciré en el tablero y aseguraré con cola de contacto.
Los candelabros en origen eran negros, pero los pinté en blanco nepal con esmalte al agua.
Y hecho todo esto, he aquí el resultado:
Un candelabro la mar de chulo, en el que puedes combinar los candelabros con pequeñas macetas, usarlo sólo con los candelabros o sólo con macetas. A tu gusto.