Caminando por la avenida Edén llegamos a la Confitería "Nuevo Strauss" , hambrientos y de un humor no de los mejores, pero mirar a través de los ventanales empezó a convertirse en una aventura...que aplacaría nuestros ánimos.
Observen atentamente a través de la vidriera, allá, en el fondo y descubrirán lo mismo que encontramos nosotros al entrar, simplemente colgados en sus paredes, como un adorno más...
Adiós fatiga, hambre, cansancio y mal humor, hola Gustavo Ortiz y sus obras.
Este autor argentino, contemporáneo, fue todo un descubrimiento, sobre todo porque al googlearlo no fue mucho la información recibida. Pudimos enterarnos que cursó Bellas Artes en Santiago del Estero, estudió en el Museo del Prado de Madrid, estuvo en Francia y España y que en la actualidad alterna su estadía entre la ciudad de San Pablo (Brasil) y La Falda (Argentina).
Esta visto: por donde caminamos encontramos arte, grandes creadores que merecen difusión, que nos alegran la vida, que nos alimentan el alma. ¿Quién podía sentir hambre o cansancio o cualquier otra cosa, como no fuera la felicidad de este regalo del destino? Gracias a la vida que siempre me proporciona estos encuentros, estas sorpresas, esta dicha, gracias a quienes del arte han hecho su vida modificando la nuestra...