Negra son mis ilusiones;
negra mi negra ventura,
negro es el aborrecer ,
pero más negro el querer
sin esperanza ninguna.
(Guajira)
Artículo completo publicado en el Diario de la Bahía de Cádiz
Me gustan en especial aquellas relaciones de ida y vuelta, da lo mismo de donde partan, si de aquí para allí, o de allí para aquí, lo que si es verdad es que una vez que parten, llegan y vuelven, y vuelven a partir, y vuelven a regresar, cada vez más ricas en matices, cada vez más mestizas, con incorporación de sones y ritmos que hasta entonces que no se reconocían a ellas mismas.
Dentro de los palos flamencos se consideran cantes de ida y vuelta la milonga, la vidalita, la rumba, la colombiana y la guajira entre otros. Desde Cuba, Uruguay, Colombia o Argentina y fundamentalmente a través de Cádiz y los cantaores gaditanos, se hace más grande y más rico el flamenco.
Fernando Quiñones, decía "se ha producido un singular trasiego folklórico, una ida y vuelta sobre el Atlántico, con un eje rector del fenómeno: Cádiz, tocado una vez para siempre por la inconfundible garra vital de lo sudamericano y por su variado sello".
De ida y vuelta son la olas que llegan a la Caleta, la mecen, en un vaivén continuo, renovadas cada vez que llegan a la orilla. Unas veces de forma suave, y acaricia su arena, otras violentas, pero con esa violencia adolescente que descubre al otro. Mientras sus barcas amarradas, siempre dispuestas a salir en cualquier momento a la mar, miran con envidia al castillo de San Sebastián, que está a punto de soltar amarras del Paseo Quiñones, de salir navegando y dejar Cádiz atrás para encontrarse cara a cara con el Castillo de los Tres Reyes Magos del Morro en la Habana.
En las relaciones entre dos , y en una dimensión diferente, también hay relaciones de ida y vuelta, es más, si no se da esta reciprocidad, simplemente no hay relación. Lo del amor platónico al final sólo es una cosa para justificar poesías y poco más. Las odas a amadas ( o amados) imposibles, generalmente, sólo se escriben para reclamar la atención de la otra persona, es decir, para intentar conseguir "la vuelta" del sentimiento enviado de ida con el poema, y conseguir que empiece a parecerse al amor.
Y en un viaje de ida, cientos de republicanos, muchos andaluces, algún gaditano llegaron a Latinoamérica. Méjico, Chile, Argentina recibieron de nuevo a los "gallegos" derrotados con los ojos enrojecidos de llorar y añorar una esperanza que se llamó II República Española.
De vuelta, desde esta parte del Atlántico, juramos que "volveríamos a pisar Santiago nuevamente" y, con Carlos Cano, bailamos un tango a las "Madres Locas" de la Plaza de Mayo, "- ...con vida se los llevaron, y con vida los queremos..-". Y fue desde esta "vuelta", desde donde se cursó la orden internacional de detención contra Augusto Pinochet..... Ida y vuelta.
Carlos Slepoy Prada, abogado en la causa abierta, en un juzgado en Argentina, contra las desapariciones y torturas durante el franquismo, hablaba de este viaje de ida y vuelta. En el Ateneo de Madrid durante la presentación de la querella junto a Martin Pallin entre otros, viaje y relación que va mucho más allá de la solidaridad,,, testimonios de víctimas de torturas y una nube de sentimientos encontrados llenaron esa mañana madrileña.
Mientras acá, en España, el intento de abrir un sumario parecido a los desmanes de la dictadura le había costado el puesto al juez Garzón.
Es este ida y vuelta entre partes, entre culturas, y sobre todo, entre gentes, a quienes une el Atlántico y una lengua con las mismas raíces, la que da una nueva dimensión a todo. Ida y vuelta que enriquece al flamenco, ida y vuelta, vaivén, que mece a las barcas y al buque insignia del Castillo de San Sebastián en la Caleta, que convierten a dos personas en amantes. Y una ida y vuelta que nos une y nos hace cómplices en el camino de los derechos humanos.