Capa sobre capa

Capa sobre capa. La expropiación de YPF por parte del Gobierno argentino, y la consiguiente y sobreactuada indignación mediática del Gobierno,  está solapando la real fractura producida en una cacería de elefantes en Botswana. Sólo hacía unos días que este lamentable y patético incidente había tapado el tiro fortuito en el pie de Froilán, el nieto, de 13 años. Este tiro providencial no hizo sino que esconder el duro recorte en educación anunciado por el Gobierno: un recorte que nos condena a cojear como el nieto del rey, pero con unas secuelas que tendrán consecuencias mucho más graves y se arrastrarán en el tiempo. El episodio había relegado igualmente el run-run de la deuda soberana española y de la prima de riesgo, que no anunciaba nada bueno, ni nuevo. Un run-run que sigue y se mantiene, alentado por la especulación y la promesa de beneficio rápido y fácil a costa del dinero público. Ahora, cualquier extraterrestre que decida pasar unos días de asueto en Españistán no entendería nada. ¿El Gobierno se rasga las vestiduras por la expropiación de una multinacional que fue española en su día pero que ya no lo es, mientras la educación y la sanidad públicas sufren el mayor expolio de la historia con su consentimiento y acción decidida? Todo resulta incomprensible para una vida inteligente, de modo que algo debe estar fallando. El extraterrestre turista concluiría, finalmente, que lo más sensato es comprarse un chaleco antibalas, o mejor antibulos, por lo que está pasando y pueda pasar. O, como están haciendo ya muchos: irse a otros lugares más coherentes.