Capacidad de síntesis

Nóos cobraba un pastizal por informes de chichinabo. Uno de fútbol: “qué es el fútbol”, “reglas del juego”. Otro de atletismo, con la relación de federaciones, a pelo. 5.000 euros del ala (cinco mil, five thousand, cinq mille, la madre que te parió) por una ponencia de 10 minutos (desconozco si incluye tiempo de saludo y despedida). Con dinero público, de ese que al público no le da tiempo a ver porque se anticipa la vista de Sus Señorías de España, sin importar la edad, que la presbicia hace excepciones ante un buen fajo. La minuta se justifica por la “capacidad de síntesis” del orador, explica Urdangarin a un juez que no gana esa cantidad ni enchironando a todos los “casos aislados” que pueda parir el PP con ese vientre fértil que tiene. Asociación Nacional de Casos Aislados, ANCA. Solo con las ranas que le salieron a Esperanza Aguirre hay ancas hasta para los pobres.

Esa capacidad de síntesis le falló en el banquillo al Duque Empalmado. “Ahí ya me pillaría. Si me va a hacer un examen de contabilidad o de asesoría o de impuestos, no lo voy a poder superar”, respondía Iñaki a alguna pregunta. Ahora, la que sintetizó sintetizo de verdad de verad, a la cojonésima, fue la mujer del yernísimo, la infanta Cristina. No. No. No… Eran las respuestas a las preguntas de SU abogado (se negó a responder a nadie más). Mira, si hubiera estado en una turné de ponencias se hubiese forrado con esa la capacidad de síntesis, tan Real.