OBRAS
CAPILLA EN LINARES, CHILE · 02/02/2016
Un amplio salón de reuniones que funcionará además como capilla, debía ampliar una casa de ejercicios ubicada en un cajón de la precordillera del Maule.
Parecía poco prudente ampliar una casa con este programa, aumentando aun más la condición absorta de ésta respecto del paisaje, con lo cual se determina independizar este volumen y emplazarlo, entre la quebrada y un claro del bosque, donde se encuentran varios senderos que surcan el lugar; capitalizan una zona subutilizada donde lo natural se exacerba con la inmediatez del río, su quebrada y los cerros que lo contienen.
Fotografía: © Surco Arquitectos
Al intentar resolver un espacio que debía cumplir más de una función, apareció la idea de crear un recinto que, a través de básicos dispositivos de cerramiento, lograra sencillamente un sinfín de instancias espaciales y relaciones con el entorno que, sin duda, serían los protagonistas del proyecto.
La operación fundamental del volumen se refiere al diseño de un espacio tubular, perpendicular al eje longitudinal del cajón del río, que permite ser inundado por el paisaje, sonidos, luz, aire, olores que lo acogen… La resultante es fraccionada para definir las diferentes instancias que cualificarían, a partir de su altura, su carácter.
Fotografía: © Surco Arquitectos
Al espacio elemental del proyecto -el altar y la asamblea- se agrega en cada uno de sus extremos, a modo de extensión, dispositivos espaciales que complementarían y conectarían al volumen con el lugar. Es así como el acceso se marca por un pórtico-corredor de una altura mayor al volumen de la asamblea que, de alguna manera, trata de capturar y contener la escala indómita del entorno inmediato, la escala del claro que producen los diferentes senderos que surcan el lugar. Por otra parte, la zona del altar se abalcona sobre la quebrada tratando que el mismo no sea el remate sino que pase a ser parte de un continuo espacial fundido en el contexto natural, más allá del río en los cerros contiguos, donde se ha dispuesto una cruz para potenciar aún más esta condición [ver última fotografía]. En último lugar y sobre el altar, se ha extendido el espacio a una doble altura sin otra intención que la de captar una escala que, de algún modo, trasciende a las demás, donde el cielo y la luz que capta enfatizan su presencia.
Fotografía: © Surco Arquitectos
El proyecto ha logrado reconocer el territorio de quebrada entre cerros que lo acoge, emplazándose de forma transversal a su eje, ahí abajo donde terminan los cerros y asoma el río. El volumen se cierra y abre a partir de diferentes tamices dispuestos en los límites entre las estancias, reforzando la idea de múltiples relaciones entre las mismas y el lugar. De esta manera, la espacialidad no está dada por la obra finita, sino por las infinitas formas de uso que sus ocupantes le den.
Fotografía: © Surco Arquitectos
Constructivamente, se ha trabajado con una losa colaborante soportada por pilotes de acero que aislan y separan el volumen del húmedo terreno del lugar. Desde la losa se construye un paramento de estructura de pies derechos de madera forrados exteriormente con madera de 1x4” dispuesta de modo vertical con tablas sobrepuestas para generar una cámara de aire ventilada mediante pequeñas rendijas en la parte inferior y superior del paramento. Para lograr una volumetría exterior que fuese el reflejo del espacio interior, se instalaron vigas I-Joist dimensionadas para una luz de 8 m sobre las cuales se posó superiormente una cubierta de zinc ondulado de la misma medida y curvado a razón de su flecha para expulsar el agua hacia canaletas que desembocan en bajadas de agua situadas en el interior de los tabiques.
Fotografía: © Surco Arquitectos