Capitán Phillips: ”El problema no es lo que digo. El problema es que no escucha.”
Vivimos una época donde el uso de internet permite una gran diversidad de opiniones. El que exista consenso se ha vuelto una rareza. Mayor mi sorpresa cuando los portales que evalúan películas ofrecen un panorama halagador hacia la nueva aventura del tan querido Tom Hanks. Con adjetivos que van desde la mejor película del año y nominaciones seguras para premios, es que con extrema confianza me aventure a vivir una agradable experiencia en el cine.
¡Que fraude!
Haciendo Tom Hanks a un lado. La película es un fastidio por los constantes gritos de sus protagonistas, movimientos de cámara y en donde ni los subtítulos pueden distraerme de la horrenda caracterización de los secuestradores del barco mercantil.
La trama se puede resumir en una servilleta y son de esas que le gustan tanto al director Paul Greengrass. Es más, con leer la sinopsis ya vieron toda la película. Ni mucho menos vean el tráiler porque con sólo reproducirlo 10 veces se ahorran la ida al cine.
Pero ya hablando en serio. Esta es la historia del barco MV Maersk Alabama surcando las cálidas costas de Somalia. Por su nombre podrán deducir que es de origen estadounidense y que todo aquello que deriva de tan bendito país será defendido con todo el armamento a su disposición. ¿Pues adivinen qué? Un día un grupo de aldeanos toma sus lanchitas y deciden secuestrar la embarcación. Por fortuna tienen al mando el carismático, inteligente, bien parecido, fuerte, digno, radiante e higiénico Capitán Phillips (Tom Hanks) para salvarlos. Con el paso de las horas la situación se complican al grado de que llega un buque de guerra con todo y tripulación deseosa de terminar el conflicto de la forma más pacífica posible.
Al conocer el director de la película, uno se da la idea de las técnicas ha de usar y por lo tanto sabes que esperar. Paul Greengrass es sinónimo de las aventuras del agente Bourne. Lo recordarán por el uso extensivo de la cámara tambaleante, la falta de trama en sus filmes, constantes acercamientos al rostro y un incesante ritmo de acción sin parar. Esto último es lo que le ha ganado tantos elogios. Parece que ahora tambalear la cámara sin sentido es sinónimo de emoción. Todo lo anterior hasta cierto punto lo puedo tolerar, es un estilo respetable que quien tenga el estómago para asimilar lo que propone saldrá satisfecho. A mí en lo personal se me hace excesivo el uso que le da, tanto que sólo distrae de la ausencia de contenido que tiene la película.
Pero el error que comete con ‘Capitán Phillips’ son de esos imperdonables que me hacen dudar de aquellos que gritan a los cuatro vientos que es una de las mejores del año. Es de ignorantes aceptar a unos secuestradores como un grupo de humanos tan carentes de masa encefálica y peor aún que el pueblo de Somalia no tenga la capacidad para expresar su voz ante el mundo de tan horripilante visión de sus habitantes. Tampoco con lo anterior quiero decir que todos sean santos y que vistan a la moda Nike, pero hay criterios de decencia en donde hasta el más despiadado criminal no se viste en harapos o entabla conversaciones como si tuviera un elote en la boca.
No suficiente con desgraciar a los piratas, tenemos en contraste a unos marinos súper inteligentes y sobre todo valientes. Incluso llegan a tener sus propias escenas de acción que incluyen chispas por balazos y hasta practican tácticas de guerrilla. En medio de todo esta el flamante Capitán Phillips a quien sólo le falta la aureola.¡Por favor! ¿Qué me tratan de vender? Es cierto que el cine hollywoodense tiene su lado oscuro al perpetuar estereotipos y la hegemonía de Estados Unidos, pero esto es ridículo.
La audiencia y la crítica se ha dejado llevar por la emoción que genera el secuestro de un barco, más que por cualquier caracterización o inconveniente en la presentación de la cinta. Al Capitán Phillips le han perdonado por tener un ritmo incesante de principio a fin, más que por el mensaje o contenido. Tanta nominación me recuerda a la película de ‘Argo’ que perpetua la idea se supremacía de un país en plena decadencia.
‘Capitán Phillips’ es un cuento de fantasía en donde el resultado lejos de condenar, humaniza a su protagonista para justificar una masacre. Tampoco me voy a poner a defender a los pobres tontos piratas (que no son del Caribe), después de todo secuestran una nave mercantil con extremo uso de violencia (al menos eso es lo que se muestra). Lo que me molesta es el desenlace. En serio, ¿era necesario derramar tanta sangre por la vida de un hombre?
Hablando del hombre. Nadie puede negar la calidad del actor Tom Hanks; lo único rescatable de la película. La cantidad de emociones que interpreta pudieron pasar desapercibidas, si no fuera por una conmovedora escena al final. Son desgarrantes los minutos en donde el actor demuestra el impacto de la experiencia vivida. Sin temor a equivocarme, creo que es uno de los mejores momentos de su carrera.
Hay películas que son sobrevaloradas y creo que ‘Capitán Phillips’ es una gran decepción.