En el capítulo anterior, pasamos por la droguería del mercado, feudo de entre otros del rollo de papel del elefante, vamos a recordarlo.
Estamos en la era del Scottex, que se vende en paquetes de 12, de 24, de 36, de 48, … Si seguimos así todos tendremos que comprarnos un coche ranchera para poder comprar luego el paquete de rollos de papel higiénico, como los americanos tienen casi todos coches ranchera, por eso deben haber hecho las multinacionales del papel higiénico esos tamaños de paquetes.
En mi infancia de niño preinformático esto era diferente, el papel higiénico se compraba de uno en uno y muchas veces a la voz de una madre que decía: “Niño, baja a la droguería a por un rollo, que s'acabao y viene tu padre a la noche”.
Y el niño bajaba a la droguería, lugar donde el droguero además de vender los rollos de papel del elefante, vendía colonias, detergentes, jabones, lejías y barreños estropajos y escobas.
De donde vendrá la etimología de la palabra droguería , quizás porque los detergentes y las lejías son tóxicas, como una droga, el caso es que las droguerías y los drogueros fueron desapareciendo con el papel del elefante y con el devenir del final del siglo a la vez que fueron apareciendo sus paisano etimológicos los drogadictos o drogatas, para el argot, que esperemos, si se extingan lo antes posible en este siglo por el que ya nos adentramos.
Y si, ya estamos en la segunda década del siglo XXI y todo lo que paso en la segunda mitad del XX pertenece ya a la historia, pero para los que la vivimos es bonito recordarla porque es nuestra y para los que no la vivisteis os puede sorprender lo diferente que era el mundo.
Alguien diría, parece que hablas del siglo pasado, y es que es eso de lo que hablo, del siglo pasado.
Volviendo al protagonista de nuestro relato, había otro competidor suyo que recuerdo, debía ser una segunda marca propia o un plagio de la competencia, era el rollo de papel del rinoceronte, es una pena que no hayan perdurado tan bonitos nombres con el tiempo como sin embargo si lo hizo el otro rey de los cuartos de baño el señor Roca .
Y como era el rollo de papel del elefante, pues era un papel de color madera de extraordinaria áspera suavidad que nos curtía como hombres y como mujeres, los papeles higiénicos de hoy hacen a las personas blandengues, el que no ha conocido el elefante no sabe lo que es la palabra rudo.
E incluso a veces no había el áspero-suave papel del elefante, el papel higiénico es un standard de calidad de vida irrenunciable en la sociedad occidental del siglo XXI pero en las primeras décadas de la segunda mitad del siglo XX tenía un competidor ocasional más económico y tampoco muy diferente en calidad en cuanto a la base, este era el papel de periódico, suena tercermundista pero los libros de la época no calificaban España de tercer mundo por los pelos, pero hacia pocas décadas que el país había salido de la más absoluta miseria en que le dejo la guerra civil, y entonces se inventaron para España y algún otro el termino de país en vías de desarrollo.
Otro sustitutivo del papel del elefante eran las guías telefónicas caducadas, en Madrid eran cinco y enormes, dos de calles, dos de apellidos, y las páginas amarillas, las cinco editadas en un finísimo papel biblia, todo un lujo comparado con la aspereza del papel del elefante.
También hay que recordar otra función mas noble del papel de periódico que no era otra que servir de envoltorio de los bocadillos de aquella hambrienta España, todavía quedaban muchos años para que apareciese el papel de aluminio y Perico Delgado ganando el Tour con el equipo Reynolds que era la marca comercial más famosa en sus comienzos del papel de aluminio y este nuevo producto necesitaba publicidad para desbancar al económico papel de periódico.
En aquella época eramos mediocres en todos los deportes, quizás entre otras razones por la mala alimentación de la posguerra que hizo mermar unos cm la altura de la generaciones anteriores al yogur, otro personaje que aparecía tímidamente en aquellos años queriéndose hacer un hueco en nuestras neveras que también estaban empezando a aparecer en las casas, nuestras madres, las que ahora tienen entre 80 y 85 años fueron las primeras que tuvieron nevera, lavadora y fregona, mis abuelas que nacieron hace dos siglos por los pelos, mis queridas y recordadas Aurora en 1898 y Alberta en 1899, no tuvieron nevera hasta que fueron muy, muy mayores, finales de los 60, hasta entonces también lavaban a mano restregando la ropa contra la tabla ondulada de madera igual que las lavanderas en el río del portal de Belén, y también fregaron el suelo arrodilladas toda su vida por que el palo de la fregona que ahora vemos muy normal es un invento muy, muy moderno.
Y el frío que pasamos todos en aquellos años, las casas tenían entonces y mis padres la compraron nueva a extremar en el año 61, dos años antes de que yo naciese, pues digo que tenían una cocina de carbón de fundición empotrada en la pared dentro de un mueble hornacina, que en pocos anos fue sustituida por unas cocinas a gas que se colocaban encima de una mesa hasta que empezaron a incorporarse a un mueble con horno e incluso un armarito para la bombona de butano.
A veces me parece mentira la diferencia entre el mundo que conocí en mi infancia y este en el que vivimos de Internet y los teléfonos móviles, y relativamente soy joven a mis 47 años ¿Que me quedara por ver?
Revista Infancia
Sus últimos artículos
-
Capítulo 20. Las historias de mi radio
-
Capítulo 1. La peonza, las canicas y las chapas, las herramientas de los niños preinformáticos
-
Capítulo 2. Los indios y los vaqueros, las joyas de los niños preinformáticos.
-
Capítulo 15. El look de los niños preinformáticos. (II) El peinado.