Maridin, uno de los jardineros de Palacio, se secó el sudor con el dorso de la mano. La jornada había sido agotadora, era el tiempo de podas y él, como buen ingeniero que había descubierto tardíamente su pasión por la jardineria, era un perfeccionista.
Se apoyó sobre la segadora y lanzó una mirada sorprendida al ver el ajetreo que se divisaba a través de las enormes cristaleras de aquel ala de Palacio.
Keka Superstar, una de las perrinobles del Reino, reposaba en su colchoncito de animal print mordisqueando distraida un trocito de pera y completamente ajena al ir y venir de Lady Marita, afamada matemática que dividia su tiempo entre los teoremas, las deliciosas tartas de chocolate y cerveza negra con que deleitaba los paladares más exigentes y la pequeña shi tzu que ahora se desperezaba a su lado.
Todo estaba listo para el baño y acicalamiento de Keka que, con aire resignado de diva, se encaminó hacia la bañera.
Mientras tanto Maridin no se perdía ni un ripio de la escena y suspiraba con fuerza . Desde el primer día los enormes ojos negros de Lady Marita habían sido su perdición.
Pero la pizpireta lady no parecía percatarse de la presencia del callado jardinero que siempre tenía una labor que hacer cerca de ella cuando salía a los jardines con Keka.
Él se convertia en una sombra que la seguía discreto y enamorado, sólo por el placer de escuchar su cantarina risa.
Lady Marita empezó a descender por la escalinata, Maridin observó con una mezcla de nerviosismo y placer cómo parecía acercarse al lugar donde él estaba trabajando, era ahora o nunca....tenía que decirle algo
-Lady Marita....-su voz fue apagándose al ver cómo pasaba a su lado sin verle y se dirigía hacia el banco bajo el viejo sauce en el que Sir James de Caviezel se encontraba
-Buenas tardes Marita- le dijo sin mirarla
-LADY Marita- corrigió ella con rapidez
Sir James, volvió hacia ella unos ojos azules como mares en calma
-Buenas tardes, amada Marita, mejor así?
-Mejorando- respondió Lady Marita sentándose sobre sus rodillas y arrancándole la primera sonrisa de la tarde
Tras las ventanas del refugio Glophy, aprovechando que había enviado a Mrous a la cocina a buscar té con menta, vigilaba la escena...necesitaba conocer bien el terreno por el que iba a moverse
To be continued.........
Rosemunde Lovelace