Cappa y la falta de refuerzos

Si no vienen refuerzos, mi paso por River será muy breve. Necesitamos refuerzos para salir de esta situación preocupante, estoy inquieto y ansioso”

Después de pronunciar esas declaraciones desde sus vacaciones en España, el entrenador de River explicó en su blog que estaba distendido y no pretendía efectuar ningún tipo de sentencia que se tradujera como un ultimátum. Lo real es que la situación de River está más que complicada financieramente, algo que no es noticia, y que las llegadas de inyecciones de dólares por parte de grupos inversores quedaron en el aire. El famoso Grupo Pearl habría dado marcha atrás en su idea de invertir, luego de analizar el estado de las finanzas millonarias. Ante la delicada actualidad de la institución, los norteamericanos habrían querido estipular unas cláusulas especiales que a Passarella no le agradaron. Los créditos bancarios todavía no aparecieron para el armado de aquel superequipo con el que algunos se ilusionaban y lo de la rentabilidad del nombre del Monumental tampoco se haría.

No hay un peso y el retrato más crudo de esta pobreza es que Alexis Ferrero, baluarte de la defensa y único refuerzo efectivo de la era Passarella, podría llegar a irse por la falta de un pago de 700 mil dólares, que lleva más de cuatro meses de retraso. De aparecer dinero fresco, antes de salir a intentar atraer refuerzos, se deberá saldar la deuda de 5 millones de dólares que se tiene con jugadores que acaban su contrato en junio. Con tantas trabas e imposibilidades, parece difícil que se concrete la llegada de D´Alessandro -casi seguro seguirá en Inter de Porto Alegre-, Bolatti -le costó a la Fiorentina cerca de 4 millones de dólares- o Defederico -Corinthians no piensa dejarlo ir, y menos gratis-. En ese conjunto de fantasía que algunos ya armaban en su cabeza, tendrán que tachar a Camoranesi, confeso hincha de River, pero que no está dispuesto a aceptar jugar a cambio de 400 mil dólares anuales. Lo mismo pasaría con Trezeguet.

River necesita con urgencia un goleador -Canales no rindió y Funes Mori es todavía un juvenil para absorber tanta responsabilidad- y defensores que brinden verdadera seguridad. Y un sostén creativo para cuando el desgaste físico merme la presencia de Ortega. Por lo pronto, se menciona la posibilidad de que Miguel Pires acerque a Gabriel Mercado sin cargo alguno. A Cappa no lo desvela, pero si llega gratis, lo acepta. De confirmarlo, Passarella borraría sus propia promesa de terminar con el River vidriera al que después no le quedaba nada en la caja. Por lo pronto, en el club no aparecen ni billetes ni refuerzos para el objetivo doble de pelear el campeonato y no descender.