Este año, para divertirnos un poco, podemos animarnos y probar una receta de carbón de azúcar, pero en lugar de negro, de colores, para que a los niños también les recuerde que deberán seguir siendo buenos el resto del año.
Si os animáis a probar, aqui os traigo una receta curiosa para que os quede un carbón muy digno.
Aunque no es difícil por su complejidad, sí que es un poco delicado, hay que estar muy pendiente en la elaboración.
Estuve intentado leer varias recetas en la red, porque se pueden encontrar varias, así que comparto la que me ha dado un resultado aceptable, que al final mezclo un poco de otras.
Ingredientes:
- Una clara de huevo
- 200 g de azúcar glass
- Unas gotas de zumo de limón recién exprimido
Colorante Wilton, negro, azul, verde, rosa, etc…
Para el almíbar de cada masa de color:
- 350 g de azúcar normal
- 110 ml de agua
- Un molde y papel de hornear
Necesitaremos un termómetro de cocina.
Elaboración
Preparamos un molde profundo, una bandeja de pyrex o similar, forrándola con papel de hornear.
Con ayuda de un robot de cocina, montamos la clara de huevo junto a las gotas de limón a punto de nieve fuerte, añadiendo poco a poco el azúcar glass. Con ello formaremos una masa espesa que será una glasa dulce.
De esta glasa, vamos a utilizar 50 g para cada color, puesto que debemos hacer las mezclas que queramos por separado.
Los 50 g de glasa se mezclarán con las cantidades de almíbar de agua y azúcar que se indican, por tanto, si se desea preparar varios colores, hay que usar esas cantidades de nuevo.
Si queremos hacer varios colores, entonces retiramos del robot la glasa y dejamos solamente los 50 g.
Añadimos el colorante deseado, en una cantidad suficiente para que tiña intensamente, aproximadamente media cucharada de café. De nuevo batimos muy bien hasta que esté integrado.
Ponemos en un cazo grande y hondo a calentar los 100 ml de agua con los 350 g de azúcar normal.
Removemos constantemente, hasta que llegue a ebullición y con ayuda del termómetro de cocina, el almíbar tiene que alcanzar unos 125ºC.
En cuanto que el almíbar llega a esa temperatura, añadimos los 50 g de glasa que teníamos reservados. Sin dejar de remover en ningún momento. Subirá haciendo burbujas y al remover vuelve a bajar.
Mantenemos al fuego y cuando vemos que vuelven a subir las burbujas, lo retiramos y volcamos inmediatamente al molde que teníamos preparado.
Hay que esperar a la segunda ebullición, pero hay que tener mucho cuidado de remover para que el azúcar no se nos queme en la cazuela. Creo que este es el punto más delicado.
Lo dejamos enfriar totalmente en el molde, al menos un día entero. En cuanto esté frío ya podemos cortarlo con ayuda de un cuchillo y un martillo, o romperlo por donde se pueda para hacer trozos del carbón.
Feliz día de Reyes.
Dime que es Viernes: gastroblog.